August 2011 Archives
Hoy es noticia de primera plana en muchos periódicos que las Bolsas ayer sufrieron un espectacular ascenso. Al parecer la causa del mismo es la prohibición de tomar durante un par de semanas las denominadas posiciones cortas en algunos de los valores más importantes del IBEX-35. Gracias a la noticia me he enterado qué son las posiciones cortas (dejo un enlace de El País abajo, si a alguien le interesa).
En resumen, este tipo de operaciones no dejan de ser más que una apuesta sobre algo que va a suceder, en concreto la bajada en la cotización de algún valor bursátil. Pero detrás de este tipo de movimientos hay escondidos terribles intereses. Por ejemplo un fondo de inversión apuesta a que un valor va a bajar en la Bolsa; y claro, es una apuesta marcada, porque gracias a su tremendo poder pone en juego las herramientas necesarias para que ese valor baje, y de ese modo logra un gran beneficio.
Es casi igual que las apuestas deportivas, pero con una importante diferencia, que es como si en un partido, un jugador de uno de los equipos pudiese apostar su dinero por que su propio equipo va a perder el partido. Ya imaginamos cuál sería el resultado.
Y si esto está prohibido en las apuestas deportivas ¿por qué no en el mundo financiero?
Pero hasta aquí, todo sería anecdótico, porque si esto quedase circunscrito en los círculos financieros, pues aquí paz y después gloria. Pero no es así. Y lo estamos padeciendo día a día, porque según suba o baje la Bolsa, a los ciudadanos nos aumentan los precios, nos despiden más fácilmente, nos incrementan la edad de jubilación, nos bajan los sueldos, etc, etc, etc. Y todo para que estos apostadores mantengan sus disparatadas cifras de beneficios.
¿HASTA CUÁNDO VAMOS A PERMITIR SEMEJANTE DISPARATE?
La visita de Benedicto XVI a Madrid la próxima semana con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (supongo que en un despiste se les ha olvidado añadir los términos "católica, apostólica y romana") ha abierto numerosos frentes de debate presentes en la gran mayoría de medios de comunicación.
Yo tan solo quisiera hacer un breve comentario a una de las imágenes que por ahora más me ha asombrado. Y es la fila de unos 200 confesionarios que se ha instalado en el Parque del Retiro para uso, y no sé si disfrute de los peregrinos.
Construir estos confesionarios no ha debido ser gratis. Pero no pasa nada, luego se pueden enviar a Somalia para que los negritos puedan salvar sus almas
Hay muchas cosas de la religión que no logro comprender, pero esto de imaginarme legiones de feligreses haciendo cola para recibir perdones y absoluciones a granel he de reconocer que me ha superado.
No haré ningún comentario más al respecto, y dejo al inteligente lector que lo haga por si mismo.
PD: Estaremos atentos para comentar otra de las imágenes de las Jornadas, que puede ser la de los niños que se van a disfrazar de Guardias suizos del Vaticano para dar la bienvenida a su Santidad.....
Los acontecimientos económicos de los últimos días nos tienen a todos en un estado de exaltación pernicioso. Probablemente la causa de ello sea la indefensión, ya que cada día es un nuevo motivo, cada jornada una nueva excusa para empeorar las cosas: Bajadas de la Bolsa, encarecimiento de la deuda, elevaciones del diferencial de deuda, etc, etc, etc.
Hoy sin embargo, me gustaría abrir un poco el foco, para de este modo intentar que los árboles (por enormes que sean) no nos impidan ver el bosque.
Supongo que fue a mediados de los 90, cuando Occidente optó por el camino que estamos recorriendo en la actualidad y que tiene difícil retroceso. La línea maestra de este camino viene a decir que el desarrollo económico de la sociedad ha de estar regido por los poderes financieros. Por este motivo, las sociedades occidentales premian los rendimientos de la inversión y castigan duramente con impuestos los rendimientos del trabajo (nóminas y salarios). El planteamiento en si no parece del todo malo, ya que parte de un supuesto aparentemente lógico: Si las Bolsas y los mercados logran crear riqueza, y por tanto puestos de trabajo, ésta se transmitirá de forma más o menos automática a los ciudadanos que verán como sus rentas crecen en una proporción similar a la de los mercados financieros.
Sin embargo la realidad nos ha demostrado la ingenuidad de tal planteamiento. El egoismo innato del sistema capitalista ha impuesto sus leyes, y las ganancias del sistema no se transmiten a ningún sitio (salvo a los bolsillos de los de siempre). Finalmente las grandes corporaciones multinacionales tan solo tienen un objetivo: Mantener unas balances de beneficios frente a sus accionistas con unos márgenes irreales. En muchas ocasiones, la exigencia es el mantenimiento de rentabilidades superiores al 30% anual. Y claro esto es insostenible, porque para mantener estos márgenes se deben sacrificar muchas cosas, para empezar el Estado de Bienestar, cuyo mantenimiento es tan caro a los Estados.
Y en ello estamos, poco a poco se van dando dentelladas a nuestros derechos y beneficios sociales, que tanto sudor, lágrimas y sangre costaron a nuestros antepasados. Y la mayoría de ciudadanos acudimos alegres y desconfiados al altar del sacrificio porque nos han explicado que es imprescindible hacerlo así. El negocio es redondo.
Pero, ¿alguien se ha parado a pensar hacia donde vamos con este modelo?, ¿a dónde nos conduce el camino emprendido?. Recapacitemos un momento, porque el modelo de desarrollo económico exitoso del siglo XXI lo tenemos delante de nuestras narices: China.
Efectivamente, el modelo chino es el precipicio al que nos dirigimos las naciones occidentales: Una sociedad en la que el individuo es un simple trabajador sin derechos, sin protección, sin vacaciones, que trabaja por un mínimo salario para que el crecimiento de su empresa sea satisfactorio. Y ya sabemos lo inconformistas que son los empresarios mundiales (no solo los chinos), cuando de beneficios se habla. En el modelo chino, las cifras de crecimiento económico, de exportaciones, e incluso las tasas de desempleo son extraordinarias. Y todo esto, al empleado que trabaja 12 horas al día, 6 días en semana, 365 días al año, ¿qué más le da?. Yo no quiero que Europa se dirija a este precipicio.
Típico paisaje chino del Siglo XXI
Por no hablar de otros aspectos trascendentales, como el de la insostenibilidad de un modelo de crecimiento descontrolado como el chino. Es más barato producir contaminando, y por tanto los beneficios se multiplican.
Hay solución a todo esto. Como he dicho en otras ocasiones, soy optimista por naturaleza. No es fácil, evidentemente. Y, por supuesto, no quiero pensar como la humanidad ha resuelto en su historia los cambios bruscos y los desquilibrios cuando llegan a ser insostenibles.
Para empezar, ya no valen medidas locales. Cualquier remedio y retroceso en este mal camino seleccionado debe ser emprendido por un gran porcentaje de paises desarrollados. Y propongo una medida sencilla: Que los beneficios obtenidos mediante las inversiones de capital, es decir, el dinero que se gana en las Bolsas y Mercados, tribute al mismo tipo que los rendimientos del trabajo. Es decir, con tipos de hasta el 50% en los casos de los grandes grupos de inversión (el equivalente por ejemplo a los sueldos de los futbolistas). Por supuesto, antes de esto habría que acabar con los paraisos fiscales.
¿Hay alguien ahí fuera dispuesto a emprender este camino?.
Si es así, ya cuenta con mi voto.
http://paginaaleatoria.blogspot.com/2010/05/sacrificios-para-los-de-siempre.html
Hace unos días un amigo me contaba lo que le había pasado en su empresa, y ello me ha hecho reflexionar y tener mucho más claro en que consiste la actual crisis.
El caso es sencillo, en su pequeña empresa de 10 empleados, el dueño les ha obligado (legalmente no se dice así), a trabajar gratis los sábados por la mañana, alegando los malos tiempos de crisis que estamos viviendo.
Es decir, el mensaje transmitido es: Si no vienes a currar los sábados por el morro, te echo, que ahora es más barato y tengo al día siguiente a 100 tíos en la puerta pidiéndome ese trabajo.
Evidentemente a mi amigo no le ha quedado otra....
Niños mineros en el Siglo XIX....¿Veremos estas imágenes en la Europa del siglo XXI?....Tiempo al tiempo
Independientemente de las múltiples interpretaciones que una anécdota como esta tiene, y que seguro que al lector no se le escapan; hay una especialmente grave y que me gustaría desarrollar más detenidamente.
Antes de nada, recalcar que no creo que esta anécdota que ilustra mi hipótesis sea un suceso aislado, ya que si miramos a nuestro alrededor, más bien resulta la norma habitual en la mayoría de trabajos por cuenta ajena actualmente.
El problema es que si seguimos las tesis económicas neoliberales actuales, lo único que conseguimos es dar las llaves del gallinero al zorro. Me explico. Según esta corriente ideológica (la única considerada en la actualidad en la mayoría de foros de poder), hemos de asumir que las propias empresas, o el propio capitalismo (ente mucho más abstracto), tienen capacidad de auto-regulación, porque la ausencia de la misma conduce inequivocamente al desastre. Y a pesar de lo que dice la CEOE, que cuando hablan parece que las empresas de este país son ONGs, las empresas se han demostrado absolutamente incapaces de regular el mercado financiero y mucho menos el laboral. Constantemente nos cuentan que si las empresas logran grandes beneficios, es bueno para la sociedad porque ese dinero se reinvierte, se generan puestos de trabajo y se mejora el consumo, y mejoran los balances de las empresas, y se generan más puestos de trabajo, y......¡UNA MIERDA!.
La realidad nos enseña que la inmensa mayoría de empresarios de nuestro país y aledaños son incapaces de mirar más allá de sus narices, y que la única medida que se les ocurre tomar cuando preteden mejorar su balance de cuentas, es la reducción de gastos en personal. Estas mejoras en los balances de cuentas casi siempre en las grandes compañías vienen obligadas por las presiones de los accionistas que sin mover una mano pretenden obtener rentabilidades próximas al 30% anual, y el resto de cosas les da igual. Luego las empresas pequeñas imitan este tipo de comportamientos y asumen la norma de que cuanto menos trabajdores tengan en nómina más beneficios van a obtener,a unque sea a costa de esclavizar a los pocos que conservan su puesto de trabajo.
Junta de accionistas de una Gran Compañía: Todos esos tíos que están en los asientos esperan tener una rentabilidad disparatada de su inversión, les da igual a qué precio social y humano....Y si no, se llevan su dinero a otra parte, porque resulta tan duro ganarse la vida trabajando.....
Y claro, luego estamos a la cola de Europa en productividad y a la cabeza en horas trabajadas por persona. Nuestros empresarios no son tales. En la gran mayoría de ocasiones son patronos. Parece como si el principal enemigo de las ganacias de una empresa fuese su plantilla de trabajdores....Y no es así.
Hay alternativas: Un trabajador contento es un trabajador rentable. Y mientras nuestros empresarios no sepan ver esta realidad, todo irá mal. Volviendo al ejemplo inicial, ¿qué harías tú en la situación de mi amigo?...Pues lo que casi todo el mundo, en cuanto el jefe no me mira, paso de todo....De este modo, dedico muchas horas al trabajo pero soy muy poco productivo, porque al fin y al cabo ¿de que me sirve dejarme los cuernos por este negocio?.
Ejemplos de esto hay cientos, por ejemplo cuando se despiden los trabajadores con más experiencia porque han logrado llegar a tener sueldos elevados, para contratar y sustituirlos por novatos que cobran mucho menos, pero que no tienen ni idea del trabajo a desarrollar. Este es el cortoplacismo de nuestras empresas y el principal motivo por el que no podemos las llaves del gallinero a los empresarios.
Pero esto no acaba aquí, precisamente ayer saltaba a la Prensa una noticia espeluznante, aunque sin duda no es la primera vez que esto sucede, ni por desgracia será la última. El Banco británico HSBC (el más grande de las islas) anunció un incremento en sus beneficios del 36%, a la vez que hacía pública su decisión de despedir a más de 30.000 empleados. No creo que pueda hacer ningún comentario original a semejante disparate ya que no es posible tener más de una lectura ante una situación tan asombrosamente disparatada. En abril ya comentamos en estas mismas líneas una situación muy parecida en Telefonica.
Tan solo creo que finalmente hemos de pensar en un aspecto de todo esto para darnos cuenta del disparate que estamos generando con este maldito neoliberalismo: El mundo que van a heredar nuestros hijos va a ser peor que el que heredamos nosotros, porque van a tener que trabajar mucho más para ganar mucho menos, a menos que formen parte de esa pequeña élite de afortunados multimillonarios que toman las decisiones del planeta.
http://elprofesorcabreado.wordpress.com/2011/02/20/esclavos/
http://www.publico.es/dinero/389632/hsbc-aumenta-su-beneficio-un-36-y-despedira-a-30-000-empleados
http://ideasenredadas.zonalibre.org/archives/2011/04/ya-han-perdido-el-miedo.html