January 2012 Archives
Casi todo el mundo ha visto en televisión las imágenes de Pepe pisando la mano de Messi durante el último Real Madrid - Barcelona. Quizá no todo el mundo sabe que el central madridista posteriormente ha dicho que fue involuntario. Solo aquellos cegados por su fanatismo (que no son pocos) pueden creer la versión del pisoteador de manos. Pero bueno, al fin ya al cabo esto es fútbol, y no deja de ser un entretenimiento intranscendente. Los seguidores mantienen una fidelidad a sus colores vitalicia. Y no es malo, ni negativo porque se trata (casi siempre) de algo simplemente lúdico.
El problema viene porque este mismo fanatismo se aplica con frecuencia a la política, más concretamente a los partidos políticos. Mucha gente cree ciegamente lo que dicen los "de su partido", aunque sean disparates, mentiras y majaderías tan enormes como la de Pepe cuando afirma que su pisotón fue involuntario. Y en este caso el problema es muy importante porque nuestros políticos manejan nuestro bienestar personal y social. Estamos viendo en estos difíciles días como sus decisiones nos afectan cotidianamente.
Al igual que muchos políticos al uso, Pepe ha afirmado que su pisotón fue involuntario. Muchos fanáticos emplean en ambos casos los mismos criterios de credibilidad
No pienso caer en la tentación de poner ejemplos que en la cabeza del lector seguramente están apareciendo a patadas.
Sin embargo, me gustaría profundizar un poco más en el símil futbolístico porque me parece muy ilustrativo de la irracionalidad con la que en muchos casos nos relacionamos con los partidos políticos.
Recordemos por ejemplo el modo en el que seguimos una noche electoral, ¿se parece al irracional seguimiento que hacemos de las absurdas votaciones de Eurovisión?. Es evidente que no debería ser así.
¿En que se diferencia el festejo delante de la sede de un partido de una celebración por un título conquistado por un equipo de fútbol?. En nada. Así nos va.
¿Juzgamos igual las meteduras de pata de "los nuestros" que las de "los contrarios"?. La respuesta, creo que en un porcentaje elevadísimo, es "no".
¿Cuántas veces consentimos a "los nuestros" con el absurdo argumento de "los otros más"?.........
Muchas victorias electorales se celebran como títulos deportivos. Ambas cosas son absolutamente diferentes.......
La enseñanza de todo esto, es que debemos aprender a ser críticos, que un partido político no es nuestro equipo de fútbol, que en ambas circunstancias las cuestiones que se ventilan son totalmente diferentes.
La intranscendencia del fútbol nos autoriza a ser parciales, a defender incluso lo absurdo, y a ser fieles a unos colores suceda lo que suceda. Es decir, a pensar incluso que el pisotón de Pepe fue involuntario.
Sin embargo en política deberíamos aprender a no ser fieles a unos colores, a tener uan ideología propia y clara, a ser críticos, en especial con "los nuestros"; en resumidas cuentas a no creer que a Camps no le regalaron los trajes (y muchas más cosas) a cambio de nada; y por tanto que nuestro voto no fuese prisionero de un fanatismo absurdo y futbolístico.
Dos ruedas de molino: Una imagen que me parece muy apropiada para este momento
En las decisiones de los políticos que elegimos cada 4 años está nuestra educación, nuestra sanidad, nuestros sueldos y pensiones. Y lo que es más grave, los de nuestros hijos y nietos. Quizá nuestro voto debería basarse en estas ideas y no en esos fanatismos que en muchas ocasiones nos nublan la evidencia y la inteligencia.
Son ya demasiadas las noticias acerca de los despilfarros realizados por nuestros políticos como para que cualquier novedad en este campo logre sorprendernos.
Sin embargo, la de la escultura que preside la entrada al aeropuerto para peatones de Castellón y que va a costar unos 300.000 Euros, supera con creces el ámbito del pitorreo.
Al más puro estilo de dictador caribeño, la colosal escultura estará inspirada en la figura del ex-presidente de la Diputación Provincial de Castellón, y principal impulsor de tan faraónico despilfarro, el presidente del PP de Castellón, Don Carlos Fabra Carreras.
Al parecer nadie se responsabiliza de los daños económicos y sobre todo estéticos que un adefesio de este colosal tamaño provocará en la ciudadanía
Revisando un poco la biografía de Fabra, destacan algunos hechos inquietantes. Como que procede de una casta de gobernantes ininterrumpida desde los años de su tatarabuelo allá por comienzos del siglo XIX. O que ha ganado en el Partido Popular todas las elecciones a las que se ha presentado en los últimos 16 años, ocupando en este periodo de tiempo el cargo de Presidente de la Diputación Provincial de Castellón. O que está batiendo el récord mundial de jueces que se retiran de la investigación de un caso, etc, etc.
Pero a pesar de todos estos hitos biográficos, el hecho que probablemente hará que Carlos Fabra sea recordado en los libros de Historia, será sin duda alguna su inmensa suerte; 9 veces en 10 años.
Sin embargo, a pesar de todas estas circunstancias, por llamar a las cosas de un modo civilizado, Don Carlos Fabra no es culpable de ninguno de los delitos que se le imputan.
Los culpables de cualquier situación anómala que se haya producido en Castellón en los últimos años han sido todos y cada uno de los ciudadanos que han votado a semejante personaje como representante público.
Recordemos el viejo proverbio anónimo que es perfectamente aplicable a esta situación: "Si un hombre te engaña una vez, es una vergüenza para él; si te engaña dos veces, es una vergüenza para ti". Pues Carlos Fabra no ha engañado a los castellonenses ni una, ni dos ni tres veces.....
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/09/valencia/1326137938.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Fabra
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/03/castellon/1294059537.html