Justo dos meses después de la efervescente explosión del movimiento 15-M, Indignados, Democracia Real, o cualquiera de los otros nombres que se la ha dado, puede ser un buen momento de hacer balance.
Para empezar, el levantamiento de las acampadas ha supuesto la práctica desaparición del movimiento de los medios de comunicación, con lo que su visibilidad en la actualidad es casi nula, y por tanto su importancia social.
En resumen, mucho me temo que por desgracia todo ha quedado en la explosión de una botella de gaseosa. Aún tengo la esperanza de que no sea así porque las cosas que se reclamaban eran justas y necesarias para nuestro futuro.
Los principales motivos para que la citada efervescencia se haya desvanecido tan rápidamente dependen esencialmente de la propia naturaleza del movimiento.
Y para empezar, quisiera hacerlo con una crítica de profundidad al propio movimiento, ya que creo que la principal causa del actual fracaso del mismo es que nadie ha sido capaz de articular una propuesta de cambio de la situación socio-política actual. Todo puede ser resumido en que unos cuantos miles de ciudadanos se han movilizado bajo un eslogan, que bien podría ser: "Estos son mis problemas: Solucionenmelos"....Y claro, no ha habido nadie que los haya solucionado, y los indignados se han vuelto a sus casas convencidos con un ibérico "ya lo decía yo, esto no tiene solución".
La sociedad del siglo XXI que estamos creando mantiene esta actitud en numerosas circunstancias. Nos hemos acomodado de tal manera que nos creemos que los demás tienen la obligación de resolver nuestros problemas con su simple planteamiento....Y la realidad no es esa. Nadie te va a solucionar un problema si no eres tú mismo quien lo haga. Quizá las cosas no deberían ser así; pero es así como son. Y oponerse a esta verdad es tremendamente ingenuo, por no decir otra cosa.
Finalmente, todo parece haber quedado reducido a bellas pancartas e intenciones. Ninguna alternativa práctica
Por otro lado, la heterogeneidad del propio movimiento ha sido otra de las palas que ha cavado su sepultura. Parece como si nadie hubiese tenido una visión global, de conjunto. Se han mezclado diversas reclamaciones, muchas de las cuales nada tenían que ver con la Naturaleza de la situación creada.
Es decir, y recordando la aritmética que aprendimos en la EGB, parece que lo se ha estado buscando sea el Máximo Común Divisor, cuando lo que había que buscar es el Mínimo Común Múltiplo. Ya lo comentaba en estas mismas líneas en Mayo (http://ideasenredadas.zonalibre.org/archives/2011/05/por-fin-pasaron-las-elecciones.html ). Hemos sido incapaces de articular una serie de propuestas comunes, que las hay, para comenzar a a caminar el largo camino de las reformas; y por tanto no hemos sido capaces ni siquiera de atarnos las zapatillas para andar ni el primer paso.
La terrible ingenuidad de pensar que el sistema va a cambiar con la simple denuncia de sus defectos, es hoy por hoy insostenible. Si verdaderamente se quiere cambiar este injusto mundo, hay que hacerlo desde dentro, y en el ámbito adecuado, que como muy poco ha de ser dentro de la Unión Europea (aunque con esto creo que tampoco sería suficiente y se requiere una mayor globalización). Y todo pasa por lograr una representación fuerte en las instituciones donde se toman las decisiones, evidentemente gracias a un partido político. No veo otra manera.
En ese imaginario partido deben ponerse en práctica todos los fundamentos que se han denunciado en este Movimiento, logrando de ese modo identificar a las personas con sus representantes, y que estos velen por el bien común; y no por el propio. En el que los méritos de cada cual sean valorados y las personas ubicadas en los lugares más adecuados a sus capacidades, etc, etc.
Tampoco quiero elaborar un programa político, así que no añadiré más propuestas en este sentido.
Por último, y enlazando un poco con lo anterior, otro aspecto que ha dañado mucho el apoyo al Movimiento entre amplios sectores de la sociedad, que podrían estar de acuerdo con muchas de las reclamaciones, ha sido la estética dominante. Finalmente se ha transmitido la imagen de que los Indignados son poco más o menos una pandilla de perroflautas, circunstancia que evidentemente es irreal.
Los mileuristas (o menos) son quienes verdaderamente representan este movimiento, y a la hora de las manifestaciones, acampadas y asambleas tenían que estar en sus puestos de trabajo con contratos cercanos a la esclavitud. Ellos no han salido en los noticiarios, y sus voces han sido escasamente escuchadas. Otro grave error.
En fin, a pesar de la crítica de este artículo, creo que el Movimiento 15-M ha sido una bocanada de aire fresco en nuestra adormecida sociedad....Pero no debe quedarse en eso....Se necesita un nuevo impulso
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