La valoración de la deuda portuguesa por la agencia de calificación Moody´s al nivel de bono-basura ha desatado numerosas valoraciones sobre el papel de este tipo de agencias, la mayoría de ellas negativas.
No quiero ser repetitivo y por tanto no voy a explicar ni las causas ni las consecuencias de este hecho en la economía europea y por tanto mundial, aunque eso si, a raiz de esta rebaja me ha surgido una pregunta inquietante, que es ¿quién mantiene a las agencias de calificación?
Me explico, estas agencias (Standard and Poor´s, Moody´s y Fitch Ratings) son empresas privadas, y por tanto su mecanismo de funcionamiento ha de ser muy simple: Venden un producto a compradores o clientes. En este caso se supone que su producto es un análisis detallado, riguroso e imparcial del riesgo que supone a los inversores otorgar créditos a diferentes entidades, en especial Gobiernos. Aplicado a los paises emisores de deuda pública (todos), el mecanismo de actuación se traduce en el siguiente esquema. Para que los grupos inversores compren esa deuda emitida (den un crédito), es necesaria la valoración del riesgo del mismo, que deben proporcionar los propios emisores, asociando por tanto la oferta de su deuda, con la calificación del riesgo de no poder pagarla.
Es decir, son los propios gobiernos los que pagan los informes de las agencias para que los inversores les otorguen los créditos solicitados. El interés de los mismos depende de muchos factores, pero uno de los más importantes (tal y como estamos padeciendo actualmente) es la calificación que otorgan estas Agencias. Y como es lógico, cuanto mayor sea ese riesgo, mayor será el interés que los paises deben pagar a sus acreedores.
El negocio, por tanto, es perfecto. Y surgen muchas dudas, sobre todo teniendo en cuenta que el oligopolio de las tres principales Agencias de calificación parece funcionar de forma consensuada: No hay grandes variaciones entre las diferentes valoraciones que otorgan. Los Estados pagan a las agencias por sus servicios (imprescindibles para conseguir el crédito, y que no se lo den a otro), éstas ponen sus calificaciones, y los prestamistas (palabra que no gusta a aquellos que viven de prestar dinero a otros), reciben intereses más elevados por sus inversiones cuando el riesgo aumenta; o más bien cuando las agencias dicen que el riesgo aumenta.
La posibilidad de hacer trampa en todo este negociado es tan elevada, y con tantos beneficios potenciales, y tan escaso riesgo que las propias Agencias le darían su máxima calificación (la triple A). La calificación de la deuda es un coto cerrado a tres grandes compañías en las que seguro hay grandes intereses creados. ¿Quién es capaz de asegurar que no son los grandes fondos de inversión (los verdaderos transatlánticos de los mercados financieros) los que de un modo más o menos directo estimulan a las propias Agencias de Calificación a rebajar calificaciones para de ese modo incrementar los intereses a cobrar a los países en dificultades?. El comportamiento carroñero de los mercados a nadie debería sorprender a estas alturas de la jugada.
Y ya sabemos en que se traduce todo esto: Al final, los ciudadanos de a pie pagamos el pato, nos bajan los salarios, se privatizan bienes públicos, nos reducen las pensiones, etc, etc, etc.
Los beneficiados son los de siempre
http://www.euractiv.es/noticias/europa-social/noticia.php?noticia=3428
http://es.wikipedia.org/wiki/Agencia_de_calificaci%C3%B3n_de_riesgos
http://blogs.publico.es/vergara/tag/agencias-de-calificacion/
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