Esta mañana escuchaba en la radio el "debate express" entre Rodríguez Zapatero y Rajoy en el parlamento sobre la crisis económica y no puedo más que expresar de nuevo mi desilusión.
Por un lado, ese formato novedoso, parece que copiado de programas exitosos de debate televisivo tipo 59 segundos es sencillamente deplorable. ¿En qué tipo de cerebro humano cabe que los 2 principales responsables políticos de este país aclaren sus puntos de vista en 5 ridículos minutos?. Eso si, han sido más que suficientes para levantar entusiastas aplausos en los ocupantes de los banquillos aliados, aunque más adelante trataremos esta cuestión.
Lo de esta mañana ha sido una más de las múltiples representaciones de la misma farsa a la que venimos asistiendo los ciudadanos sin capacidad para actuar. Vamos a intentar destapar las máscaras que ocultan los rostros de cemento armado de nuestros políticos, que aparentan, entre otros, ser grandes sabios de las ciencias económicas; cuando lo que en realidad hacen es repetir eslóganes y verdades incompletas.
Como todas las crisis, esta en la que nos vemos inmersos (nunca mejor dicho por su profundidad), se inició hace unos meses, alcanzará o habrá alcanzado su punto más profundo, y posteriormente iniciará una fase de recuperación más o menos rápida. Pues esto nuestros políticos lo saben y actúan en consecuencia. Aunque debemos partir de una base, y es que en general el margen de maniobra del gobierno de un país de la Unión Europea es escaso para hacer frente a una crisis internacional como la que nos afecta. Es decir, muchas de las decisiones importantes se han tomado, se toman y se tomarán en ámbitos supranacionales.
Bien, pues como decíamos antes, nuestros políticos conocen perfectamente el ciclo de las crisis económicas, e intentan sacar tajada. Los del PP con Rajoy a la cabeza, pretenden culpar al Gobierno socialista hasta de la muerte de Manolete. Sin ir más lejos, hoy uno de los datos que Don Mariano ha echado en cara a don José Luis ha sido el desplome de más de 4 puntos de la Bolsa en el día de ayer: No seré yo quien defienda la política bursátil de este gobierno, pero de ahí a culpar al gobierno de ese dato me parece que hay mucha desfachatez y poco rigor. Este ejemplo ilustra estupendamente la táctica de los conservadores, que nos es ni más ni menos que intentar deteriorar y erosionar al máximo la imagen del gobierno Zapatero, aprovechando las circunstancias económicas tan calmitosas que nos rodean. En si misma, esta actitud crítica no es mala, es más, creo que es deseable que la oposición cargue un poco las tintas cuando juzga los errores del gobierno. Pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en alcanzar los límites intolerables del bochornoso espectáculo de esta mañana. Rajoy acusaba al presidente del gobierno de estar mintiendo a los españoles con un tono burocrático y machacón (de hecho esta acusación parece de obligado cumplimiento en cualquier comparecencia pública popular). Y es que una acusación tan grave, debe de ir acompañada de pruebas y datos indiscutibles, y si no se dispone de ellas, se deben emplear otras acusaciones menos categóricas. Ahora bien, no parece que la sutileza, que en muchas ocasiones es sinónimo de inteligencia, esté entre las virtudes de la derecha nacional. Las últimas declaraciones-barbaridad de diversos líderes populares así lo demuestran.
Pero al otro lado, en los asientos azules del gobierno, la situación no es mucho mejor. La consigna es clara. Hay que aguantar el chaparrón como sea, incluso pagando el precio de demostrar a los electores-ciudadanos que se tiene más cara que un saco de pesetas. Efectivamente, luego todo se olvida y se lanzan los pelillos a la mar. Sin duda alguna la táctica de los socialistas es esperar a que durante la segunda mitad de la legislatura las cosas vayan poco a poco mejorando, y de ese modo ir recuperando paulatinamente los jirones del prestigio electoral que se han ido dejando entre las espinas de la crisis. Saben que de un modo u otro las cosas irán por ese cauce, y esperan a que les dé tiempo a recuperarse. Para eso es imprescindible que las medidas económicas adoptadas no sean impopulares, aunque su eficacia sea más que dudosa. De ese modo evitan una conflictividad social que podría constituir su ruina electoral.
Y entre estos límites nos movemos. Conclusión: El debate es paupérrimo y las propuestas inteligentes y de calado están totalmente ausentes. Por su parte, parece como si para los responsables económicos del PP lo que ellos llaman reforma del mercado laboral, fuese un remedio milagroso para todos los males de la economía y constituyese la piedra filosofal de la recuperación financiera. Soy incapaz de comprender como demonios favoreciendo el despido de la gente se puede mejorar el paro. Es como si nos dijesen que para activar la economía los sueldos deberían bajar para de ese modo obligar a la gente a trabajar más horas....En fin, no daré más ideas. Aunque este tipo de cosas son las ideas alternativas del principal partido de la,oposición....Para echarse a temblar.
Pero por su parte, la política económica del PSOE, también es de traca. Creo que es muy grave y muy peligroso el que se esté inviertiendo la mayor parte de dinero público, es decir de endeudamiento, en subsidios y pensiones. Es decir, en lugar de promocionar la productividad y las iniciativas de empleo se está transmitiendo un mensaje deletéreo en nuestra acomodada sociedad: Sin trabajr, no se vive tan mal. Esto es muy grave, pero evita que haya huelgas generales....
Y es lo que hay...todo "cortoplazismo", improvisación, intereses electorales.....Un momento, ¿intereses electorales he dicho?. Esto me suena. Al fin y al cabo somos los ciudadanos quienes les votamos y por tanto asumimos esta mediocridad. La conclusión es lógica: busca otra alternativa de voto.
Para terminar, no quería dejar de comentar el lametable y bochornos espectáculo al que sus señorías nos acostumbran en el Congreso de los Diputados. Todos esos hooligans apaludiendo como si el sueldo les fuese en ello (¿o tal vez sea asÍ?) a sus supuestos carismáticos líderes, interrumpiendo groseramente al enemigo, y en definitiva, comportándose como borregos de un nivel de educación e inteligencia claramente preescolar (que me disculpen los preescolares si he ofendido a alguno).
EN NUESTRA MANO ESTÁ CAMBIAR LAS COSAS....SI QUEREMOS