El en otro tiempo abanderado del socialismo nacional e incluso ministro de trabajo y seguridad social (chúpate esa), Joaquín Almunia, ahora estómago agradecido en Bruselas ha lanzado una petición-amenaza la mar de concordante con las hipótesis socialdemócratas que se supone defendía en su más tierna juventud.
Ha venido a decir que si los gobiernos de los paises europeos no ayudan económicamente a las compañías aéreas, éstas corren el riesgo de arruinarse. Y luego el muy..... va y pone el balón en el tejado de los angustiados contribuyentes: O pagamos, o desparecen las líneas aéreas. Ante tan terrible ultimátum, creo que solo caben dos alternativas: Una, que en la Declarción del IRPF se habilite una casilla para donar el 1,4% de nuestros impuestos a las compañías aéreas, porque supongo que necesitaran como el doble de dinero que esos muertos de hambre del tercer mundo para salir adelante; O segunda, que desaparezcan, para mi la más razonable. Así no volveremos a volar nunca más, desparecerá el comercio y el tránsito entre paises, nadie podrá hacer viajes de larga distancia, de modo que finalmente la civilización humana desaparezca y regresemos a la Edad Media.....
Sin duda, en algunos casos la desaparición de algunas líneas aéreas no sería ningún drama
En fin, fuera de toda ironía, creo que el asunto es terriblemente grave. Si alguien del nivel de responsabilidad pública de Joaquín Almunia sale a la palestra pública para defender de manera tan descarada los intereses de una serie de compañía privadas, yo me pregunto ¿qué no estará sucediendo tras las puertas de los despachos de ministerios, organismos oficiales y estamentos europeos?...Cabe de todo.
Pero ¿cómo es posible que nos dejemos tomar el pelo de manera tan obscena?. Repasemos un poco lo de las compañías aéreas, que es perfectamente aplicable a la gran mayoría de multinacionales que gobierna el mundo occidental del siglo XXI.
Estan grandes compañías están gobernadas por un conjunto de altos directivos de sueldos multimillonarios blindados a cualquier tipo de contingencia. Tan blindados están, que cuando la compañía tiene pérdidas, ellos no son nunca los responsables; sin embargo cuando produce beneficios ellos son los únicos beneficiados. Es decir, que ahora que la nube volcánica ha obligado a cancelar miles de vuelos en el mundo y las compañías aéreas no van a poder alcanzar sus hipotéticos, y en ocasiones imaginativos, márgenes de beneficios, nos toca a los contribuyentes arrimar el hombro (en este caso la cartera) para que todos esos tipos mantengan su privilegiada situación financiera. ¡Hombre hasta ahí podíamos llegar!....Pues llegaremos, de hecho en el pasado ya lo hemos hecho con los bancos. Y no ha pasado nada. Es más, en el colmo de la desfachatez, probablemente desde esos consejos de administración posiblemente "rescatados" con dinero público, y con la excusa de la pérdida de un porcentaje de beneficios (ellos para abreviar lo llaman pérdidas directamente), se promoveran medidas destinadas a recortar los sueldos de los trabajadores, cuando no, a recortar directamente el número de trabajadores. Ya se sabe, si la empresa no va bien (es decir, no gana disparatadas sumas de dinero para sus directivos), sólo hay un camino para lograr el balance de cuentas: que los trabajadores trabajen más, ganen menos, y sean reducidos en número. A estas maniobras se les han dado numerosos nombres, pero finalmente todas consisten en lo mismo....
Y yo me pregunto una cosa, puede ser un disparate, pero como todos los disparates, seguro que tiene su lado lógico. Si un Estado rescata con dinero público a una compañía, ¿qué recibe a cambio?. Me parece razonable que si el Estado inyecta no sé cuantos millones de euros a una empresa, esto se trasnforme a todos los efectos en una compra de un porcentaje equivalente de la misma, de modo que el Estado (es decir, todos) pase a ser socio accionista, y por tanto, cuando la empresa produzca beneficios, el Estado también sea partícipe de los mismos y éstos vayan al fondo común al que van a parar nuestros impuestos, y por tanto se destine a construir hospitales, carreteras, colegios, pagar pensiones, etc....y todas esas tonterías a las que se dedican los fondos públicos. En fin, seguro que los grandes cerebros de la economía me harían ver que una idea como esta es el peor de los disparates que se pueden cometer. Al fin y al cabo, sería destruir el sistema capitalista-liberal que tantos beneficios genera.....a unos pocos.
Pero, aún podemos profundizar algo más: todos estos argumentos luego no son aplicables a los pequeños y medianos comercios y empresarios, por ejemplo a los hoteleros que han visto canceladas numerosas reservas, ni a los de los bares y restaurantes, ni al de los puestos de postales que ha dejado de vender no sé cuantos recuerdos porque los turistas que iban a visitar ese fin de semana su ciudad se han quedado atrapados en un aeropuerto cubierto de cenizas. Ahora bien, que para esto si que hay una fácil solución: Crear una tasa de "sobrebeneficios" a los bares y cafeterías de los aeropuertos cerrados que han visto multiplicarse sus beneficios por la multitud de viajeros atrapados en los mismos. Eso si que sería auténtica solidaridad empresarial.....y ayudaría a mantener los sueldos de los grandes directivos de las compañías aéreas.
Y todo esto promovido por el que fue Secretario General del PSOE. ¡Qué diferente parecen verse los toros desde la barrera!. Este es un ejemplo más de que cuando los socialistas llegan al poder abandonan las tesis económicas más socialdemócratas y abrazan ciegamente las tesis más ultraliberales. Nos lo disfrazan de sentido común, como si el beneficio de unos pocos en perjuicio de la gran mayoría fuese a lo único razonable a lo que podemos aspirar
A veces me pregunto si es peor el lobo que enseña sus dientes afilados o el que se disfraza de oveja. En ambas circunstancias el resultado es el mismo: LAS OVEJAS SOMOS IRREMEDIABLEMENTE DEGOLLADAS
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