El asunto este de los curas pederastas da mucho juego....y no me voy a reprimir.
Lo primero de todo, creo que conviene resaltar algunas obviedades que visto lo que se comenta en los medios de comunicación, no deben de ser tan evidentes como yo pensaba:
1º: Los abusos sexuales a menores de edad constituyen un delito, y de los graves. Está castigado en todos los países con penas de cárcel severas. Cualquier estado medianamente asentado debe garantizar esto.
2º: El pertenecer a una agrupación religiosa no exime del cumplimiento de una condena. Es decir que a los curas se les debe meter en la cárcel exactamente igual que a cualquier hijo de vecino si cometen un crimen.
3º: En el caso de los curas, la pederastia es moralmente más deleznable que en cualquier otro oficio, porque constantemente se preocupan de decirnos a las personas como debemos comportarnos ante cuestiones morales y terrenales, además habitualmente se presentan ante la sociedad como un ejemplo de virtud y autocontrol. Sin embargo, ninguno de estos aspectos hacen que las condenas por pederastia sean diferentes, ni creo que lo debieran ser.
4º: Las víctimas de pederastia son los niños, y no los agresores. A la vista de algunas declaraciones que se oyen por ahí, creo que esto hay gente que no tiene muy claro.
5º: Si la Iglesia, como institución, decide aplicar castigos a sus sacerdotes pederastas, es un problema de ellos. Al Estado no le deben afectar estas cuestiones. Mucha gente sería despedida de su puesto de trabajo ante una condena por un asunto tan repugnante, o por ejemplo no serían expulsados de una sociedad filatélica (con mis disculpas por el ejemplo a los coleccionistas de sellos) si los estatutos no lo reflejan, etc. Pero ninguna de estas situaciones debe afectar a la condena impuesta al delincuente. Es decir, que las penas impuestas por el derecho canónico deberían ser accesorias a la impuesta tras aplicar el Código Penal.
6º: Todo esto parece traducirse en una conclusión que por evidente no deberíamos olvidar nadie: LOS CURAS DEBEN IR A LA CÁRCEL IGUAL QUE CUALQUIER OTRO CIUDADANO. La sotana no debería afectar en lo más mínimo a su situación procesal.
Una vez aclaradas estas cuestiones, me gustaría comentar algunos otros aspectos que han sido discutido estas últimas semanas.
Por un lado,he escuchado a algún representante de la Conferencia Episcopal alegar el secreto de confesión como excusa para no denunciar el horrible crimen de los abusos sexuales a niños. En fin allá cada cual con su conciencia. Pero eso se llama complicidad y encubrimiento. Y hasta donde yo sé ambos comportamientos están castigados en nuestro Código Penal, como no podría ser de otro modo. El secreto de confesión no debe modificar los castigos a los encubridores. Hasta ahí podíamos llegar. Aunque hemos de reconocer que tienen derecho a mantener ese secreto. Pero eso no debe eximirles del castigo que lleva implícito ocultar un crimen. Lo diré de otra manera, me parece hasta respetable que si alguien establece con otra persona un compromiso de confidencialidad, lo mantenga en todas las circunstancias. Y por ello debe de asumir las consecuencias de ese compromiso, que en casos extremos, como el que nos ocupa, puede incluso acabar con el confesador en la cárcel por encubridor.
Esto que acabo de explicar sé que tiene muchas connotaciones, algunas de ellas muy graves. Por ejemplo, se ha dicho que incluso Joseph Ratzinger, alias Benedicto XVI, conocía algunos casos de su anterior etapa al frente de la institución heredera de la Santa Inquisición en el Vaticano. Nadie lo ha demostrado hasta ahora y por tanto se debe considerar como inocente de encubrimiento y complicidad de unos delitos tan graves.
Otra cuestión que estamos olvidando casi continuamente es qué hacer con las víctimas. En algunos lugares al parecer muy numerosas. Es cierto que en muchas ocasiones los crímenes han prescrito, pero esta gente se merece al menos dos cosas: Por un lado, el soporte emocional y dado el caso, psicológico, que nuestra sociedad pueda permitirse; y por otro, el resarcimiento moral que todas las víctimas de abusos sexuales necesitan; es decir, que quede muy claro que ellos fueron las víctimas inocentes, y que no hicieron absolutamente nada para ser atropellados de manera tan salvaje durante su infancia. Ninguna de las dos cosas parece estar haciéndose de forma sistemática, y ni mucho menos la Iglesia está tomando posturas razonables en este espinoso asunto. Creo que sería mucho más decoroso y honorable pedir las disculpas necesarias e intentar poner los medios a su alcance para evitar que esto vuelva a suceder; tampoco están haciendo ninguna de las dos cosas.
Ahora bien, demonizar a una institución tan compleja como es la Iglesia Católica por el comportamiento de unos cuantos degenerados tampoco me parece lícito. Creo que su reacción no está siendo correcta, pero hasta ahí. El celibato y otras costumbres a las que los sacerdotes se comprometen al ingresar en la Iglesia son meros compromisos formales que no creo tengan otras implicaciones, es decir no creo que el compromiso de celibato conduzca a nadie a convertirse en un pederasta. Es más bien al contrario, parece como si la Iglesia fuese el refugio ideal para estos delincuentes degenerados que en el abrigo de esta institución buscan y a veces encuentran, el parapeto ideal para sus fechorías. además del medio de cultivo ideal para llegar a sus tiernos objetivos. Por eso, creo que es precisamente en los seminarios donde la Iglesia debería extirparse este cáncer.
Y por último, no debemos caer en la trampa que se nos lanza desde los medios de comunicación. Pedófilos los hay en todas las profesiones, y supongo que el porcentaje de curas pederastas será similar al que haya en otras profesiones. Pero el relieve que se da en los medios de comunicación, y porque no, el morbo que genera hace que tengan una mayor repercusión social. Es como cuando un Guardia Civil asesina a su pareja sentimental. Da la impresión de que todos los guardias civiles maltratan a sus mujeres. Y sin ninguna duda no es así. No nos debemos dejar engañar por el morbo de los topicazos nacionales.
Y para terminar:una pregunta: al abrigo de la notoriedad pública ¿no se habrá colado alguna denuncia falsa buscando feos intereses entre tanta basura?
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