Esta semana hemos conocido que debido a su imputación en el caso de los ERE se han embargado seis bienes inmuebles y cinco cuentas corrientes a la ex ministra de fomento Magdalena Álvarez para cubrir los 29,5 millones de euros de fianza impuestos por la jueza Alaya.
No voy a comentar nada acerca del procedimiento judicial, ni de si la cantidad impuesta como fianza es o no razonable, puesto que ni siquiera con lo embargado llega a cubrirse dicha cifra. Lo que me ha asombrado del caso es que la exministra atesore este patrimonio.
Alguien que posee cuatro viviendas en Málaga, Benalmádena, Sevilla y Madrid, así como parte de un local comercial en Madrid y otro inmueble en Estepona; y además tiene 5 cuentas bancarias en diferentes entidades, incluyendo una en Luxemburgo no puede quejarse de que le haya ido mal en la vida; al menos desde el punto de vista crematístico.
Evidentemente carezco de los datos necesarios para juzgar si el patrimonio de la Señora Álvarez se corresponde a sus emolumentos profesionales, o a alguna herencia; y por supuesto no voy a acusar desde estas líneas a nadie de nada. Sin embargo creo que este caso se trata de un ejemplo paradigmático de uno de los males que asola a nuestra sociedad.
Si buscamos datos en su biografía, por ejemplo en la wikipedia, vemos que Magdalena Álvarez es doctora en Económicas y Empresariales, y que accedió por oposición al Cuerpo de Inspectores de Finanzas del Estado, llegando a ser Inspectora Jefe de la Delegación de Hacienda en Málaga. Posteriormente inició su carrera política pasando por el Parlamento Andaluz, donde fue Consejera de Economía y Hacienda. Posteriormente fue Ministra de Fomentoentre 2004 y 2009. Después fue elegida Eurodiputada, puesto que abandonó en 2010 porque fue nombrada Vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, que todo sea dicho, es un órgano financiero de la Unión Europea; no un banco privado.
En resumen, estamos ante una persona con una brillante carrera académica, y profesional, desarrollada siempre en el ámbito público, como funcionaria muy cualificada; y en el ámbito político, desempeñando altos cargos de la Administración durante largos periodos de tiempo. Hasta donde tengo conocimiento no tiene otros hitos profesionales ni laborales.
Y con los sueldos públicos que ha ganado, ¿posee 6 inmuebles y cinco cuentas bancarias?. A menos que haya sido afortunada con una herencia importante o con alguna Lotería, hay algo que no me cuadra.
En cualquier caso, lo importante de mi argumento no es el caso particular de Magdalena Álvarez, que en el fondo da igual. Se trata tan solo de un ejemplo de algo más profundo: el éxito económico y profesional que se obtiene gracias a el ejercicio de cargos políticos en un mundo en el que los favores tienen un precio.
¿O estamos pagando demasiado a nuestros representantes públicos?; o ¿de dónde ha salido ese patrimonio y otros similares?, porque ningún trabajador público gana lo suficiente como para amasar algo así....¿o si?.
Creo que es a todas luces intolerable este tipo de situaciones, por mucho que la legalidad vigente las ampare. Pero de nuevo, creo que la responsabilidad de estos hechos recae en la sociedad; cuyo nivel de exigencia acerca de cosas tan importantes como la transparencia y honorabilidad de sus gobernantes está bajo mínimos. Los beneficiados por el actual estado de cosas nunca van a aprobar leyes que impidan estas situaciones; y es responsabilidad de los ciudadanos exigir, vigilar y elegir a aquellos que se comprometan a cambiarlas. Si no somos capaces de hacerlo, luego no estamos autorizados a exigir un resultado diferente al actual.
Por tanto, la solución a este tipo de situaciones ha de partir desde los ciudadanos, que deben exigir y elegir a sus representantes públicos para que se ganen la vida con honradez mientras ejercen dichos cargos; y posteriormente establecer los medios que permitan vigilar y controlar que tras una etapa profesional en la política regresen a sus previos puestos de trabajo, evitando de este modo enriquecimientos de ética discutible.
Y para terminar de ilustrar lo que he argumentado, no sé muy bien el motivo; pero se me ha venido a la cabeza la asombrosa nueva mansión valorada en dos millones de euros del ex-presidente Aznar en Marbella. Los sueldos de Presidente del Gobierno y de Alcaldesa de Madrid no deberían permitirse este tipo de lujos, al menos eso creo yo.
http://www.diariodesevilla.es/article/andalucia/1771716/embargados/seis/bienes/inmuebles/y/cinco/cuentas/corrientes/magdalena/alvarez/para/cubrir/la/fianza.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Magdalena_%C3%81lvarez
http://es.wikipedia.org/wiki/Banco_Europeo_de_Inversiones
http://www.publico.es/actualidad/499490/aznar-se-compra-una-mansion-de-dos-millones-en-la-mejor-zona-de-marbella
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