Desde anoche, desde que terminó el recuento electoral ronda por mi cabeza un verso del siempre genial Maestro Lapido: "Dijiste que eran molinos; pero eran gigantes" (https://www.youtube.com/watch?v=0cbn5MkYnvo). ¿Cuántas veces nos han dicho que determinadas cosas no se pueden lograr?.
La fuerte irrupción de Podemos en el panorama político español viene a demostrar que muchos molinos en realidad eran gigantes. Nos contaron que un sistema asambleario no puede funcionar, y desde los Circulos de Podemos y de todo el que quiso opinar en internet, se elaboró un programa en poco más de un mes que ha sido votado por más de un millón de personas. Nos han dicho una y mil veces que unas elecciones primarias abiertas son un desastre para el sistema; y en las de Podemos participaron más de 33.000 personas y se obtuvo una lista electoral democrática y plural, refrendada por la ciudadanía. Nos han explicado por activa y por pasiva que los partidos políticos son imprescindibles para la democracia; y Podemos ha demostrado que es mentira porque lo imprescindible somos las personas. Nos han intentado convencer de que democracia es poner una papeleta roja o azul cada cuatro años en una urna; y Podemos ha demostrado que democracia es participar y colaborar en un proyecto común. Todos sabíamos que sin apoyo financiero e institucional no se puede abordar exitosamente una campaña electoral; y Podemos ha demostrado que la ilusión y el trabajo de las personas honestas es más importante que el crédito que otorgan los bancos. Los partidos políticos nos han explicado hasta la saciedad que publicar sus cuentas es atentar contra no sé cuantos principios fundamentales; y Podemos ha demostrado que cuando no hay nada que ocultar, se pueden exponer a la vista de todos y sin mantener una costosa estructura de partido profesionalizado.
Un ejemplo de Asamblea de Podemos: Esto si que es democracia
¿Cuántas cosas más nos han dicho que no se pueden lograr y nos lo hemos creído ingenuamente?.
Es obvio que el primer paso está dado, ahora hay que abordar el segundo, pues nuevos retos se abren hacia un modelo de democracia verdaderamente participativa. Este sistema de políticos profesionales y apoltronados está agotado, y las personas honradas debemos darnos cuenta de que nadie va a venir a resolvernos los problemas a nuestra casa, de que debemos ser parte de la solución, y de que involucrarnos y participar en las decisiones políticas que tanto nos afectan resulta absolutamente imprescindible. Podemos ha sido el ejemplo más evidente de esto. Sin duda que hay otras alternativas válidas con similares planteamientos aunque con diferencias ideológicas. Ha llegado el momento de que se produzca la convergencia para que entre todos modifiquemos las bases de este frustrante sistema político que padecemos, y aunque no debemos obviar nunca los aspectos más ideológicos de cualquier proyecto, resulta vital que nos pongamos de acuerdo en sentar las bases para unas nuevas reglas de juego. Quizá este sea el reto más importante para los que pretendemos cambiar el sistema actual que parece abocado a un estrepitoso fracaso.
Hay otro aspecto que no me gustaría dejar en el tintero. Y aunque para los que hemos vivido este proceso de construcción está muy claro, aún hay mucha gente que no lo conoce: Podemos no es el partido de Pablo Iglesias. Para empezar, llamar a Podemos partido político supone de entrada una nueva concepción de lo que significa ese término, pues carece de afiliados y de estructura formal. Ambos aspectos se modifican constantemente en función de las personas disponibles y con capacidad y ganas de participar. Y en segundo lugar, Pablo Iglesias se ha convertido en el rostro visible de un movimiento muchísimo más profundo, por eso el éxito electoral que ha tenido Podemos. Es decir, lo que se piensa y se transmite desde las bases de la estructura llega a la cabeza de la misma; y no al revés como sucede en las formaciones políticas más tradicionales. Esa es precisamente su fortaleza, y lo que hace que se trate de verdad de un proyecto participativo. Es obvio que con fines electorales y publicitarios la imagen de Iglesias es muy reconocible y un importante activo; pero sin duda, no es ni mucho menos lo más importante. Su popularidad está siendo empleada como una herramienta para llegar a más gente. Por eso iba su imagen en las papeletas de Podemos.
Ahora empezaremos a vivir ataques contra esta imagen, y quienes así lo hagan, sin duda erraran en su diagnóstico y en sus disparos.
En cualquier caso, creo que la lectura de los resultados en términos de euforia no está justificada. Queda mucho por hacer y cinco Eurodiputados no sirven para nada, no cambian las cosas, y por ahora los molinos seguirán siendo molinos. Sin embargo lo importante de esto es que se ha dado un primer paso, y se ha iniciado un camino que muchas personas hemos decidido explorar. Ayer, en el colegio electoral en el que participé como apoderado de Podemos (si hace 6 meses alguien me lo hubiese dicho, yo me habría muerto de la risa), cuando empezaron a abrirse las urnas y a aparecer papeletas de Podemos, los representantes de otros partidos me miraban alucinados, la mayoría no conocía nuestra candidatura, incluso alguno me dijo que estábamos dejando de caerle simpáticos....Yo me limité a contestar, ante esas muestras de asombro, que algo habríamos hecho bien en cuatro meses de vida para alcanzar este resultado......
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