Ocultar mentiras con otras mentiras tan solo sirve para generar situaciones esperpénticas y bochornosas. El ejemplo paradigmático lo hemos visto con el asunto de las fincas de la Infanta Cristina.
Según la hipótesis oficial que vimos defender de manera vergonzante al Ministro Montoro, es que debido a que la Infanta tiene un DNI muy peculiar, el 14, es relativamente sencillo que se comentan errores informáticos en el tratamiento de sus datos fiscales. De hecho, el propio Ministro defendió con uñas y dientes que dichos errores múltiples cometidos simultáneamente por diversos funcionarios e instituciones, fueron los causantes de que a la pobre infanta se le atribuyese erróneamente la venta de trece fincas.
Sin duda alguna alguna esta explicación nos ha dejado a más de uno con la mosca detrás de la oreja.
Independientemente de cualquier hipótesis, a estas alturas de la partida, los ciudadanos necesitamos pruebas indiscutibles y no discursitos de Ministros.
La prueba de que la hipótesis del error es cierta es muy sencilla de demostrar. Si el DNI número 14 es especialmente susceptible de que se cometan errores en las asignaciones de datos fiscales, algo similar ocurrirá con DNIs similares. ¿Qué sucede con el DNI de la Infanta Elena?, o ¿con el del Príncipe Felipe?, o ¿con el de Sus Majestades?.....
¿Se les han asignado a ellos también ventas de fincas por error?.....O ¿es que dichas asignaciones "por error" solo se cometen con quien está siendo investigada por fraude fiscal y otros delitos?
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