Hace varias décadas un excéntrico filósofo alemán proclamó una célebre sentencia: "Dios ha muerto"; sin embargo, olvidó recordarnos que al igual que sucede con los reyes, a dioses muertos, dioses puestos.
La humanidad a lo largo de su dilatada historia se ha caracterizado, entre otros, por la necesidad de la promesa de que los buenos tiempos están por llegar. Ello ha dado origen a heterogéneos credos religiosos. Pero la sociedad del siglo XXI, en la que el escepticismo hacia lo teológico ha adquirido una gran importancia, necesita nuevos dioses. Y del mismo modo, que en la actualidad nadie cree en la existencia de Zeus ni realiza hecatombes en honor a los dioses del Olimpo, se ha hecho necesaria la adoración a nuevas deidades.
Sin duda alguna el nuevo dios del siglo XXI es el dinero, y su religión la economía de mercado.
No puedo entender de otra manera la actual situación político económica de occidente. Unas ideas con la irracionalidad propia de cualquier religión, que exigen un férreo cumplimiento de una series de normas dictadas desde la autoridad indiscutible de un dios, y unos sacrificios a realizar en aras de conseguir un futuro mejor.
Del mismo modo que en la actualidad resultaría incomprensible y hasta absurdo que alguien se definiese como creyente en Zeus, dentro de unos siglos se pensará lo mismo acerca de la economía de mercado del siglo XXI
La evolución de la actual crisis económica, política y financiera que asola Occidente nos demuestra que hay unos benficiados, los de siempre (ellos); y unos damnificados, también los de siempre (nosotros). Ellos son pocos, pero muy poderosos y emplean todo este poder para mantener por todos los medios el actual estado de cosas. Manejan los resortes del poder a su antojo, que van desde el férreo control de los políticos, que nunca toman decisiones contrarias a sus propios intereses, hasta el control casi absoluto de los medios de comunicación.
La mayor barbaridad de la que han logrado convencernos es de que la economía de mercado y el capitalismo liberal son las únicas alternativas posibles para gobernar nuestras existencias. Tras esto, lo demás es sencillo. Nos han convencido de auténticos y alienantes disparates, que si nos paramos a pensar han arraigado fuertemente en nuestra visión de la realidad (aquella misma que sorprendió a nuestro "plasmado presidente"), y nos impiden enfrentarnos a esta "religión única y monoteista"
Por ejemplo, nos han enseñado desde sus púlpitos que el único futuro posible para nosotros y las generaciones venideras será trabajar más y ganar menos. Me niego a creer que ese deba ser el futuro, me niego a pensar que tengamos que conformarnos con ese feo porvenir, y sobre todo, me niego a resignarme a que ese sea el objetivo de mi existencia.
¿La Papisá, Angela I?
Una de las piedras angulares de todo este sistema de poder es la actual política de recortes y austeridad que nos dicen nos va a sacar de la crisis; mientras las evidencias demuestran justo lo contrario. Los ciudadanos tenemos que sacrificar nuestros derechos, nuestros ingresos económicos, nuestro futuro y el de nuestros hijos, nuestra sanidad, nuestra educación y tantas otras cosas para lograr un adecuado balance de beneficios en las cuentas de una serie de instituciones opacas regidas por millonarios que no asumen ni una sola gota de la responsabilidad de los actos que han conducido a la quiebra de muchas de esas mismas instituciones. El déficit público se ha convertido en el altar en el que quemamos nuestros mejores bueyes en honor de los nuevos dioses del Olimpo; mientras nuestros hijos apenas tienen un mendrugo que llevarse a la boca. La Humanidad no ha avanzado mucho en los últimos 5.000 años.
No resulta fácil variar el rumbo dictaminado desde las altas esferas. Pero tenemos las herramientas en nuestro poder, tan solo es necesario que aprendamos a enfrentarnos a los dogmas establecidos. Hemos de buscar una alternativa a la actual clase dirigente, y podemos hacerlo gracias a nuestros votos....Como decía en otro lugar de este blog: ¿no vamos a ser capaces de encontrar un par de docenas de personas honradas y válidas que permitan cambiar este disparatado camino que estamos recorriendo?
MÁS NOS VALE QUE ASÍ SEA
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