Esta Europa no tiene ningún futuro. Cada vez estoy más convencido de que es imprescindible saltar de este tren que nos conduce al precipicio sin remedio. Nos llevaremos un golpe y quizá se nos rompa algún hueso; pero tendremos alguna oportunidad de levantarnos e iniciar un nuevo camino. Porque en la actualidad la alternativa es el descarrilamiento; y es natural que ante dos males se opte por el menor.
Lo acontecido en Portugal hace un par de semanas fue otra gota más que ha llenado el enésimo vaso de la infamia. La democracia fue de nuevo cercenada por unos tipos que hacen llamarse la troika, investidos por un poder omnipotente, y que tras los acontecimientos, se sienten lo suficientemente envalentonados como para creerse capaces de decirle a un Tribunal Constitucional lo que tiene o no tiene que hacer....¡Esto es inaudito!.
Y muchos gobernantes europeos, entre ellos el "plasmado" presidente Rajoy, se ponen del lado de los "troikanos".
Esta semana de nuevo hemos asistido entre perplejos y acojonados a la reincidente y disparatada política de austeridad patrocinada por la Comunidad Europea.
Por un lado, el FMI corrige de nuevo sus predicciones (por cierto ¿quién demonios son esos tipos que no hacen más que equivocarse en sus pronósticos y que por su ineptitud no son reemplazados inmediatamente?); y anuncia que en 2013 la crisis continuará profundizándose, con un mayor decrecimiento económico y un mayor incremento del desempleo. Posteriormente salen "expertos" de la Unión Europea desde sus confortables y aislados despachos de Bruselas explicando que quizá la política de austeridad no está dando los resultados que ellos preveían; que yo me digo ¿Qué tipo de selección se realiza para que estas preclaras lumbreras alcancen esos puestos de elevada responsabilidad y más altas aún remuneraciones?.
Pero la esquizofrenia se manifiesta en toda su crudeza cuando escuchamos a los responsables económicos de Bruselas y Madrid explicarnos que el camino a seguir es insistir en los recortes y en las políticas de austeridad. Es como si para salvar a alguien que se está ahogando nos dedicásemos a meter piedras en sus bolsillos.
Y al final, termina por salir la inefable Angel Merkel para confirmar que el único camino a seguir es el mismo que nos está llevando al precipicio.
Total, que en mi opinión, creo que es mejor salir de una vez por todas de esta estúpida Europa que estamos construyendo, cuyo futuro es cada día más negro. Eso evidentemente no implica que el proyecto europeo sea invíable, tan solo que ESTE proyecto europeo es absurdo. Y si no somos capaces de cambiarlo, que parece que no, pues parece mejor salir cuanto antes.
Quizá la mera amenaza de saltar del tren en marcha sea suficiente para que cambien las cosas
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