En estos absurdos días mucho se está hablando y escribiendo sobre identidades patrióticas, sentimientos nacionalistas y otras cosas por el estilo. Este extraño debate me ha hecho mirar hacia dentro, y darme cuenta de que yo no tengo de eso....
Nací en Madrid y me ha tocado vivir siempre en España, por tanto mi DNI dice que soy español....¿qué significa ser español?.
Al parecer, según me han contado, pertenecer a un país europeo con una larga historia. Los españoles, según dictan los tópicos, somos gente amistosa y muy sociable, alegre, nos gusta la buena vida, tenemos una buena dosis de pereza a la hora de afrontar el trabajo, etc, etc, etc.....
Además también me debo de sentir alegre cuando a algún compatriota le va bien; y entristecido, cuando no enfurecido,si sucede lo contrario. Esto al menos me resulta entretenido cuando hablamos de competiciones deportivas, no así en las cosas importantes.
Pero yo miro a mi alrededor y veo otro país. Veo muchas cosas, demasiadas, con las que no me siento identificado, y con demasiada frecuencia no consigo encajar en el puzzle de la sociedad que me rodea.
Al parecer y para algunos, ya desde nuestra época fetal, estamos identificados con nuestra nacionalidad....
Lo dudo
No me identifico con un país que se entretiene con los programas de televisión de máxima audiencia, con una gran mayoría de gente que vive pendiente de los artificiales dimes y diretes de los profesionales habituales de esos programas basura (prensa del corazón lo llaman en un espantoso eufemismo). No me puedo sentir orgulloso de pertenecer a un país cuyo nivel cultural lo marca la estúpida programación televisiva que padecemos, porque al final por la tele echan lo que la gente quiere ver.
Soy incapaz de comprender un país en el que una referencia social y cultural mayoritaria es Belén Esteban, y por tanto eso me impide amarlo como algo mio.
Un país en el que se lee más la prensa deportiva que la prensa general, aunque dado el nivel de la "prensa seria" en este aspecto tengo mis dudas. Tampoco comparto nada con un país en el que los músicos que tienen éxito son pequeñas marionetas prefabricadas en las discográficas; mientras músicos y creadores honestos y talentosos padecen el más terrible ostracismo. Y esto por no hablar de otros creadores que están condenados al más lamentable de los arrinconamientos.
Vivo en un país en el que la corrupción es un valor considerado socialmente como algo comprensible, en el menos crítico de los casos. Al que roba y esquilma las arcas públicas se le considera con benevolencia, quizá hasta con comprensión, y en algunos casos hasta admiración. Por algo, en algunos lugares se vota mayoritariamente a algunos de los políticos más corruptos que ha conocido nuestra historia. No es este precisamente un buen motivo para que me sienta identificado con el colectivo de españoles.
Y si continuamos por la política, ¿que queda por decir?. Un clase política como la española, mediocre, inoperante y preocupada por si misma. Pero que es votada una y otra vez por la población, hasta la obstinación. Ya me siento agotado, no parece existir remedio para este problema porque independientemente de lo mal que lo hagan nuestros políticos son premiados con poltronas que parecen eternas.
Pero si profundizamos un poquito más en nuestra sociedad, especialmente en estos tortuosos días, me encuentro con un país en el que se están deteriorando gravemente las condiciones de vida de una gran mayoría de españoles y se transfiere de manera inmisericorde el dinero de los ciudadanos a los bolsillos de los banqueros. ¿Y cuál es la reacción de la sociedad?: en el mejor de los casos es de pasividad, cuando no de comprensión o incluso complicidad con dichas medidas....
Los jóvenes universitarios abandonan el país ante la ausencia de oportunidades; mientras que los que se quedan...son los que no pueden salir. En un país con este futuro, labrado por nosotros mismos, yo no me siento identificado, pues considero que la estupidez no es uno de mis vicios.
Y mientras tanto, las conversaciones de la población siguen siendo sobre fútbol....
Pero bueno, en cualquier caso, también he mirado fuera de nuestras fronteras, e incluso a través de las que se pretenden crear, y el panorama no me ha resultado más alentador.....
Por ahí fuera también cuecen habas....
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