Dicen que las comparaciones son odiosas. Pienso que no siempre es así, y que en ocasiones son hasta necesarias....Y este me parece un excelente momento para reflexionar sobre dos formas diferentes de salir de la crisis que se han planteado en estos últimos días. La del movimiento independentista catalán manifestada en Barcelona el pasado martes; y la que se vivió ayer en las calles de Madrid.
Aunque soy consciente que desde las calles de Barcelona el pasado 11 de septiembre se transmitieron diversos mensajes, que no analizaremos aquí; hubo dos ideas que destacaban entre las más importantes: Los manifestantes exigían la independencia de Cataluña, y pensaban que separándose de lo que ellos consideran la rémora del resto de España, podrían salir más fácilmente de la crisis económica actual....
Con estas mimbres tienen la escasa decencia de proclamarse progresistas.
Para los de CiU, y los que se han dejado engañar, parece el camino adecuado para salir de la crisis.....En fin
Por un lado, como decía en la anterior entrada de este blog, no creo que tengan derecho a exigir la independencia de nada ni de nadie, pues lo único que tienen derecho a pedir o exigir es la celebración de un referéndum sobre dicha cuestión. Eso es lo que diferencia a un régimen autoritario de uno democrático. ¿O es que acaso el movimiento nacionalista catalán es un movimiento autoritario?. Esa es una pregunta que hoy no contestaremos.
Y por otro lado, en el aire dejaron la idea de que a los catalanes les iría mejor sin el resto de España a su lado. No debatiré si eso es cierto o no , pues hay argumentos en todos los sentidos; pero lo que si me parece es cualquier cosa menos solidario, y además poco inteligente. Pues cuanto más dividida se encuentre la sociedad, más fácilmente es presa de los tiburones financieros, que son quienes en estos tristes días gobiernan el planeta.
Si haces una pancarta en inglés, al menos hazla bien...."Long life"
La comparación con lo que sucedió ayer en las calles de Madrid es inevitable (quizá y a pesar de Eperanza Aguirre y sus correligionarios no esté todo perdido para la capital). La imagen ofrecida es totalmente incomparable: Diferentes colectivos identificados por diversos colores, junto con algunas convocatorias autonómicas han iniciado diversas marchas que han acabado convergiendo en uno de los centros neurálgicos del conservadurismo hispano, la Plaza de Colón.
Los mensajes que se han transmitido desde cada colectivo eran diferentes, cada uno reclamaba la resolución de sus propios problemas. Pero no eran excluyentes entre sí; antes bien, eran claramente complementarios unos con otros. Lo han demostrado con el acto final, en el que la principal reclamación era la de realizar un referéndum sobre las medidas económicas que está desarrollando este gobierno en contra del interés de la mayoría de sus ciudadanos.
Sin duda alguna, quedó un mensaje en el aire: Entre todos podemos conseguir cambiar las cosas; o dicho de otro modo: la unidad de la sociedad civil contra la dictadura de los mercados es la mejor alternativa para que salgamos de esta. Justo lo mismo que los independentistas (perdón por el sarcasmo)
Nada que ver esta saludable heterogeneidad, propia de una sociedad avanzada con la infausta homogeneidad que preside cualquier manifestación nacionalista
Y aunque no sea muy importante en este caso, porque finalmente el mensaje ha sido transmitido, está la habitual guerra de cifras. Los mismos que cuentan por millones los asistentes a los actos promovidos por los obispos, esta mañana en sus periódicos-panfletos contaban docenas.
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