Recientemente hemos conocida una de las últimas propuestas de la CEOE para mejorar la economía nacional. Los empresarios siempre han confundido su propia prosperidad con la del resto de ciudadanos, error del que al parecer ninguno de los gobiernos de nuestra democracia ha logrado sacarles.
Pues bien, la última genialidad de estos desinteresados y ejemplares contribuyentes ha sido proponer la modificación del calendario laboral, para que recolocando los festivos, se eviten los puentes, que según sus propios cálculos le cuestan a España la friolera de unos 3.000 millones de euros, casi un 0,5% del PIB. He de reconocer que ignoro como han llegado a estas cifras, pero sospecho que no han sido incluidas todas las variables en juego.
La CEOE se ha propuesto acabar con algo tan ibérico como los puentes.....
Supongo que en caso de que estas cifras sean mínimamente serias, se habrán restado los beneficios obtenidos por las empresas de servicios que se benefician de que muchos ciudadanos disfruten de estos días de descanso, aunque he de reconocer que nadie lo aclara.
Imagino por ejemplo qué opinará sobre este tipo de medidas el dueño de una casa rural, o los de los diversos negocios que se han creado alrededor de las pistas de esquí. Se confirma que nunca llueve a gusto de todos.
Pero aunque este asunto de los puentes puedes no ser más que una anécdota característica del folclore nacional, en el fondo esconde algo más profundo. Y creo que es la errónea dirección hacia la que se dirigen las medidas de austeridad que se están tomando en Europa para atajar las crisis.
El esquema general es el siguiente: El exceso de déficit público en un momento de crisis financiera exige medidas de ahorro, que se toman en función de la oficialmente denominada "austeridad" (a nuestro próximo presidente del gobierno es la única medida concreta que se le escuchó en campaña electoral), la cual reduce la actividad económica, porque a menos ingresos, y menos empleados, se sigue una reducción del consumo; lo cual se traduce en menos puestos de trabajo, y por tanto más gente que necesita ayudas públicas, que no cotizan, ni aportan impuestos a la caja común; lo cual conduce inexorablemente a más déficit público, y entonces se cierra este peligroso círculo vicioso en el que estamos envueltos.
Mientras los de siempre, siguen obteniendo los mismos beneficios.
Y en esas estamos, echando funcionarios a la calle, reduciendo sueldos, proponiendo reducción de las vacaciones, incrementando los impuestos indirectos como el IVA, y aunque a priori son medidas que no suenan mal; en el fondo esconden una perniciosa consecuencia, que es la reducción de la actividad económica, le reducción del consumo y por tanto la paralización de todos los sectores.....
La actual parálisis económica suele puede mejorarse desde la reactivación económica y el impulso del consumo. Si el Estado se endeuda con medidas en este sentido, tarde o temprano obtendrá benficios en forma de nuevos ingresos: Se crearían nuevas empresas, se reduciría el paro, etc.
Quizá sea una visión demasiado simplista; pero el camino que estamos andando en la actualidad es tremendamente erróneo y lo podemos confirmar porque tras cada nuevo sacrificio que hacemos los ciudadanos le sigue un nuevo empeoramiento de la situación....Y llevamos así varios años, los suficientes como para que los que cobran por pensar lo hagan de una vez por todas.....
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