Al igual que todos y cada uno de los Madrid-Barcelona son los partidos del siglo; el debate de anoche entre Rajoy y Rubalcaba puede ser denominado "el debate del siglo".
Lo vi entero, y me dejó algunas impresiones que como a todo el mundo hoy, me gustaría comentar y compartir.
La primera pregunta es "¿Quién ganó?"....Las encuestas dicen que Rajoy pero por poca diferencia. Aunque yo discrepo. El dato es indiscutible, por supuesto; pero no hay que quedarse en la superficie del mismo porque es engañoso: De los muchos millones de espectadores que siguieron el debate, un gran porcentaje tenía previamente decidido su voto, y para ellos estaba claro de antemano quien ganaría.
Pero es que en estas elecciones se da una circunstancia poco frecuente: el PP aventaja hasta en 16 puntos al PSOE en intención de voto. En el debate de ayer lo que se estaba peleando era el voto de los indecisos; y dada la enorme ventaja a priori de Rajoy sobre Rubalcaba, parece razonable pensar que el candidato socialista convenció a más indecisos que Rajoy, porque los porcentajes de personas que dan ganador al popular se reducen al 5-6%....Esa puede que fuera una de las victorias de Rubalcaba.
Pero entrando un poco más en el contenido, lo que en el fondo se dejó entrever tras el debate, fue un mensaje único desde ambas formaciones políticas: La única alternativa es el bipartidismo más feroz.
Por un lado, Pérez Rubalcaba hizo una, a mi entender, razonablemente buena crítica del programa electoral de Partido Popular, demostrando una acertada y minuciosa preparación de su estrategia. Ahora bien, si aceptamos su tesis de que el programa electoral del PP es terriblemente ambiguo, y que va a servir como base a futuros y dolorosos recortes del Estado de Bienestar, (argumentos que comparto plenamente); su conclusión indiscutible era que no votar al PP por estas razones supone un voto automático al PSOE. Y ese es un grave error, del candidato y del ciudadano que cae en la trampa dialéctica. No votar al PP no significa votar al PSOE. Rubalcaba no me proporcionó argumentos convincentes para introducir la papeleta del PSOE en la urna, aunque si me dio más argumentos para no hacerlo con la del PP, cosa de la que yo ya estaba muy convencido.....
Y por su parte, Rajoy hizo más o menos lo mismo, pero desde su trinchera. Se limitó a explicarnos y volvernos a explicar los malos resultados de la gestión económica del gobierno socialista. Totalmente de acuerdo, pero esa asunción de que no votar al PSOE implica automáticamente votar al PP es disparatada. Es la misma trampa que tendía su rival. Parece que pretendiesen perpetuar este sistema y que entre ellos se reparten el pastel y que aunque las cosas vayan mal, tarde o tempraqno los vientos cambiarán y se regresará al poder.
Y por supuesto, el líder popular tampoco me dio ni un solo motivo aceptable para poner una papeleta con las siglas PP en la urna el próximo 20-N. Me dio mucho para no votar al PSOE, pero eso yo ya lo tenía claro desde hace tiempo.
Por tanto, bajo mi punto de vista nos dieron motivos excelentes para no votar al adversario; sin embargo fracasaron rotundamente cuando pretendieron dar motivos para votar sus propias opciones. Asumen como algo indiscutible e inevitable el bipartidismo, y creen que la única alternativa al rival son ellos mismos. Muchos ciudadanos caen en esta trampa y deberíamos evitarla. Porque claro, intelectualmente es más complicado construir propuestas razonables que destruir al adversario. Y ya sabemos que de "intelectualidad" nuestros políticos no andan sobrados.
Y ya para terminar, quería describir cuáles fueron mis sensaciones e impresiones de lo que sucedió en nuestros receptores de televisión ayer noche.
Para empezar, Rubalcaba asumió que no tenía nada que perder, de ahí su actitud agresiva, y su tratamiento a Rajoy como futuro presidente. Negar la evidencia de las encuestas hubiese resultado de un ridículo intolerable. Parecía haber preparado mejor el debate, exigiendo a su oponente que explicara su programa electoral, para de ese modo ocultar las miserias de la gestión socialista de estos últimos años. Y por supuesto, también demostró ser mucho mejor orador que su rival, más ágil y más incisivo. Eché de menos quizá algo más de agresividad incluso, algunas alusiones al lamentable papelón jugado por Rajoy y su PP en la política antiterrorista; y para finalizar, me hubiese gustado que le hubiese ofrecido al líder popular un nuevo debate.
Por su parte, Rajoy, desde la lógica más aplastante, pretendía pasar de puntillas por el debate. Las encuestas le favorecen extraordinariamente y por tanto no ha de poner nada de carne en el asador. Logró salir indemne del cuerpo a cuerpo en muchos momentos, y se percibió claramente que fue sobrado porque apenas había preparado el debate. Afortunadamente, pudo leer casi todas sus notas, debieron habérselas mecanografiado, supongo.
En fin, la suerte está echada y el 21-N ganará las elecciones el PP con una mayoría absoluta aplastante.....Como decía un buen amigo, puede ser el momento de emigrar al Caribe.
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