Tal y como contaba en el anterior artículo, esta campaña electoral se está caracterizando especialmente por la discusión de temas que ahora no tocan. Esencialmente dos son estas cuestiones. La primera es Bildu, sobre la que hablamos anteriormente; y la segunda es la situación económica, que es sobre la que hablaremos en las próximas líneas.
La actitud de los dos partidos mayoritarios en materia económica es bochornosa, superficial y debería hacer sonrojar a cualquiera que tuviese dos dedos de frente. Son tantos los aspectos criticables que me cuesta sistematizarlos, quizá lo más didáctico sea intentar hacer un repaso con carácter histórico, sin tener que retrasar demasiado los relojes.
Cuando en 1996, Aznar gana las elecciones generales por primera vez, hay tres razones que considero fundamentales. Por un lado, la corrupción que se había instalado en porciones esenciales del PSOE, la mala situación económica y en tercer lugar el hastío de la población.
La política económica del PP se basó en dos aspectos fundamentales. Por un lado se inició una agresiva política de privatizaciones de las mejores empresas públicas como Repsol, Telefónica, las eléctricas, etc. Y por mucho que nos cuenten, esta política fue vender el coche para comprar gasolina. Gracias a esta política, el Gobierno logró una buena cantidad de dinero, a costa de dilapidar el patrimonio común, con el que pudo dar lustre a muchas de sus iniciativas legisladoras. Sin embargo, hoy en día estamos pagando los recibos de los intereses de este préstamo que ya hemos gastado: el Estado está tan debilitado que no puede enfrentarse a las dificultades, porque no tiene nada en su base que lo sustente. A pesar de la evidencia de estos argumentos, las privatizaciones en este país siempre han gozado de muy buena prensa, ¿tendrá algo que ver que los propietarios de los medios de comunicación son casi los mismos que los beneficiarios de las privatizaciones?.
A tipos como este, tan acomodados en cargos tan bien remunerados como los que ocupa en Caja Madrid, o en el Santander, habría que preguntarles hoy en día ¿dónde están los beneficios de las salvajes privatizaciones que perpetraron?
En segundo lugar se inició una irresponsable política constructora, gracias a los incentivos que puso en juego el Gobierno, en España se construyó una cantidad disparatada de viviendas: Mucha gente trabajaba en la construcción de las mismas, se crearon infinidad de empresas auxiliares, los negocios inmobiliarios lograban beneficios espectaculares, etc, etc, etc. El resultado de esa política económica piramidal lo estamos pagando hoy: Solo se pueden construir casas hasta un límite, y una vez que se alcanza, toda la fiesta termina. Su resultado: 5 millones de parados; y lo que es más grave: una generación de trabajadores educados en la política del sueldo fácil, sin esfuerzo, sin estudios y sin herramientas para salir adelante.
Por aquel entonces, los números empezaban a mejorar, aunque el gigante tuviese pies de barro (por no decir de algo menos consistente). La oposición socialista decidió no dar demasiada batalla en ese terreno y aceptaba a regañadientes los aparentes éxitos económicos de los gobiernos populares. A pesar de mantener su discurso aparentemente socialdemócrata, en ningún momento se atrevieron a criticar consistentemente las políticas económicas miopes conservadoras. Por tanto se siguió construyendo a ritmos insostenibles, y la pirámide invertida iba creciendo de manera exponencial. A los pocos que se atrevían a criticar este disparatado sistema se les tachaba de comunistas y cosas peores....
En 2004 el PSOE gana las elecciones, y en materia económica nada cambia, salvo que ya quedan pocas cosas apetecibles que privatizar. Además como lo de la construcción marcha viento en popa, los ingresos públicos son bastante razonables, a pesar de la inmensidad de la economía sumergida, pues deciden no hacer nada. Incluso Zapatero en un alarde de optimismo y de visionario, se atreve a pronosticar el pleno empleo.
La bola de nieve sigue creciendo, los socialistas siguen poniendo el cazo para recoger los réditos de la inercia económica y la oposición popular mantiene un discurso irresponsable por el que pretenden apuntarse en su haber los buenos números de los primeros gobiernos Zapatero.
Y mientras la pirámide se vuelve más y más inestable. Finalmente como era más que previsible la burbuja inmobiliaria estalla, y lo hace en el peor momento: coincidiendo con una terrible crisis financiera internacional. Los efectos en nuestra economía son devastadores: Cifras record de parados, recortes en sueldos, en derechos, reformas laborales, aumentos de todo tipo de impuestos, reducción de protecciones sociales, etc, etc, etc.
Ante tan lamentable panorama los protagonistas y responsables de esta historia optan de nuevo por lo mejor que saben hacer: echar la culpa al de enfrente y escamotear responsabilidades. Y de este modo, nadie ofrece soluciones razonables.
Por su parte los del PP en el colmo de la hipocresía se presentan como el lobo con piel de gatito indefenso: Dicen ser críticos con las medidas económicas de emergencia llevadas a cabo por los gobiernos socialistas; mientras todos sabemos que si llegan a gobernar, sus políticas económicas y sociales serán casi calcadas a las de Zapatero y sus chicos "socialdemócratas". Puede que incluso peor, porque Rajoy nunca ha ocultado su admiración por figuras como la del Primer Ministro Británico; David Cameron, que ha logrado tras un primer año de brutales medidas económicas liberales poner en su contra a la inmensa mayoría de la opinión pública británica, mientras las entidades financieras se hartan de aplaudir sus políticas financieras. ¡Qué nadie se sorprenda si Rajoy y sus chicos hacen algo parecido cuando gobiernen!
Pero la hipocresía popular no se queda aquí. A lo largo de las últimas semanas han sido frecuentes los actos de colgarse medallas por los resultados económicos durante los años de gestión Aznar. Terrible, porque aún pretenden incidir en el error que cometieron. Pero al parecer han conseguido el efecto deseado....en las quinielas siguen siendo favoritos.
Por su parte los socialistas tampoco andan a la zaga, y en el colmo de la hipocresía aún hay voces socialistas que culpan a los gobiernos de Aznar de la presente situación. Evitan toscamente la lógica pregunta: ¿qué hicisteis vosotros si el desastre era previsible?.
Pues esto es lo que hay....¿EXISTE VIDA FUERA DE ESTE LAMENTABLE PANORAMA?
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