De ahí surge una de las primeras consecuencias claras de estos hechos, que se ve magnificada por la proyección pública de Marta Domínguez. En ningún momento se ha puesto en tela de juicio la honradez de sus triunfos como deportista, entre otras cosas porque nunca dio positivo en los numerosos controles a los que se vio sometida. El asunto que se está tratando, tal y como ha reconocido ella misma, es mucho más grave. Y es su presunta participación en una trama que se dedicaba a traficar con sustancias dopantes. Como decía antes, eso es un delito, y con un agravante evidente, que es el cargo federativo que estaba ocupando y que ha podido servirle para sus presuntos negocios sucios otorgándole una situación ventajosa y ventajista.
Por esto me sorprende que los paisanos de la fondista se manifiesten a favor de su honradez, mientras su presidente federativo se apresura a echar balones fuera. Pero bueno, allá cada cual con sus filias y sus fobias.
Otra de las probables consecuencias que presenta
todo este turbio asunto es tan obvia como evitada por la mayoría de medios de
comunicación. Y es que si hay una red organizada de tráfico de sustancias
dopantes es porque hay deportistas que se dopan. Y si en esa red están
involucradas personas de la notoriedad de Marta Domínguez, es porque la trama
es importante. Claro, inmediatamente surge una pregunta: ¿Quiénes son los
deportistas que se dopan?. Evidentemente lo desconozco, pero la lógica me
permite citar dos características que probablemente reúnan estos tramposos: En
primer lugar, deben tener suficiente dinero como para pagarse estos
tratamientos que no están disponibles en cualquier farmacia; y en segundo
lugar, deben tener un rendimiento deportivo como mínimo notable y por encima de
lo que cabría esperar. Sin duda alguna el equipo de petanca de mi barrio no está
entre los sospechosos, porque siguen siendo tan malos como siempre y porque no
tienen ni un duro en el bolsillo.
Y aunque las veladas acusaciones a la selección
española de fútbol de Eufemiano Fuentes, médico metido en todos los charcos
sucios del deporte nacional, no deben ser tenidas en cuenta, ya que se trata de
un acusado habitual en estos follones; creo que no se debería obviar que lo que
dice tiene sentido. De hecho, si no fuera porque tienen probablemente tanto que
ocultar como nosotros, los aficionados por ejemplo alemanes u holandeses
estarán muy atentos a las derivadas de la Operación Galgo.
Otro ejemplo, si alguien quiere un dato objetivo, y
no quiero establecer una relación causa efecto. El FC Barcelona en sus 5
secciones deportivas principales fútbol, baloncesto, balonmano, hockey y fútbol
sala ha logrado en las temporadas 2008/09 y 2009/10 la friolera de 26 títulos.
A una media superior a 2,5 por sección y temporada. Sin duda alguna un mérito deportivo
impresionante, especialmente teniendo en cuenta que el presidente de esta
entidad ha empleado dicho cargo para lograr una exitosa proyección política....
Y por si estas ramificaciones no fuesen
suficientemente conspiratorias, tuvo que venir el verdadero rey de este terreno
para sentar cátedra. Cuando González Pons afirmó que la operación Galgo era un
montaje del pérfido Rubalcaba para ocultar el asunto de los controladores, el
cual a su vez era otro montaje para ocultar la crisis...y así sucesivamente.
Habrá que estar atentos los próximos días porque al sabueso del PP no se le escapará
que la celebración del nacimiento de Jesús de Judea por los cristianos será la
enésima maniobra del sibilino vicepresidente para ocultar las ramificaciones de
la Operación Galgo...o quizá sean las inundaciones en Andalucía o la ola de frío
que se nos viene encima. El caso es que habrá que estar atentos a sus próximos
mítines o ruedas de prensa.
En cualquier caso, tampoco esta sucesión de acusaciones sin pruebas debería sorprendernos. Forman parte de una táctica habitual del PP: tirar piedras y esconder manos. Además parece que ahora todas sus piedras tienen el mismo objetivo: el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y esa imagen que pretenden colgarle de oscuro, conspirador y pérfido. Sin duda no están ahorrando recursos, ni políticos ni dialécticos, aunque deban para ello disparatar aún más si cabe las teorías de la conspiración.
En fin, y para terminar, tampoco se me escapa que
haciendo un poco de demagogia, yo mismo hace unas líneas he insinuado unas
conspiraciones que no puedo demostrar, y que después critico al portavoz del PP
por hacer exactamente lo mismo.
Es un hecho contradictorio, pero con algunos
matices, que creo que el lector sabrá descubrir... si es que existen.
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