Entre las numerosas cosas que me resultan incomprensibles en el extraño mundo en el que nos toca vivir, hoy me gustaría destacar algunos aspectos del funcionamiento de nuestra curiosa democracia nacional.
Los hechos que me han despertado la presente reflexión han sido en resumen los siguientes: El Congreso de los Diputados aprueba con una apretada mayoría, gracias a la abstención de algunos partidos nacionalistas, el techo de gasto público para los presupuestos del año 2011. Posteriormente este acuerdo pasa al Senado donde es rechazado ya que los socialistas no logran reeditar su escasa mayoría. Pero no pasa nada, el techo de gasto vuelve a la Cámara de los Diputados donde se repite el resultado de la primera votación y por tanto queda aprobado.
Y yo me pregunto (y supongo que cualquier lector con un par de neuronas interconectadas) ¿Para qué demonios sirve el Senado?....Es más, y ese será el motivo de otra reflexión próximamente ¿para qué sirve tener tantos diputados, si todos votan lo que se les ordena?.
Actualmente hay 264 senadores. Aunque las cifras bailan un poco, los senadores de Madrid cobran casi 46.000€ al año, mientras que los de fuera cobran casi 57.000. A eso hay que añadir otros "extras" de 18.000€ para los presidentes de las diferentes comisiones, y 13.000 para los portavoces. Lo cierto es que no he encontrado el total de los presupuestos públicos asignados al funcionamiento del Senado, pero si sólo tenemos en cuenta los sueldos de sus señorías, nos sale un total de aproximadamente 15 millones de Euros, unos 2.500 millones de pesetas. No es por chinchar, pero en estas épocas de apretarse el cinturón no parece una cifra desdeñable.
Y aquí surge la pregunta clave ¿Ha hecho el Senado alguna vez algo útil?.
Yo al menos no lo recuerdo.....
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