Lo cierto es que vistos los últimos acontecimientos sociales y políticas mi opinión es que sí. Me explico....
Probablemente el equipo de fútbol representa para una gran mayoría de los ciudadanos la entidad con la que se establece el vínculo emocional más fiel de toda la vida. Uno se hace cuando es pequeño de un equipo por motivos desconocidos y con eso llega hasta la tumba en la inmensa mayoría de ocasiones. He de aplicar este razonamiento para los partidos políticos, con el objeto de comprender alguna de las cosas que están sucediendo estas últimas semanas.
Sin duda alguna el ejemplo más evidente de esto que estoy diciendo lo constituye el PP de la Comunidad Valenciana. Con la que está cayendo con los casos del Presidente Camps, de Ricardo Costa, los de la Gürtell, las afortunadísimas salpicaduras con la suerte de Fabra, etc, etc. Pues se hacen encuestas y esos mismos obtendrían mayoría absoluta si se celebrasen hoy elecciones. Inaudito pero cierto. Creo que tan sólo los equipos de clubes logran un seguimiento tan ciego a unos colores como el que refleja esta realidad. Pero en fin, allá los valencianos, ellos sabrán lo que votan.
Pero bueno, fuera de estos casos, lo que me tiene realmente preocupado es el cariz ideológico que están tomando las medidas de reducción del gasto público promovidas por el gobierno Zapatero, y la respuesta que han despertado en su oponente, el PP rajoyano. Veamos, reducir el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones, reducir las ayudas de la ley de dependencia, subir los impuestos indirectos, mientras se mantienen los impuestos de las rentas más altas, o de los rendimientos del capital, y no se reinstauran impuestos como el de sucesiones o patrimonio, constituyen un conjunto de medidas que en nada tiene que ver con el ideario socialdemócrata que dice defender el PSOE; es más, son medidas muy características de cualquier partido de lo que podría denominarse centro-derecha liberal, precisamente aquello que dice defender el PP. Sin embargo, éstos se han desmarcado de las mismas, e incluso han llegado a la demencial afirmación de que ellos son el partido progresista, de los trabajadores y de los pensionistas. Creo que es difícil resumir tantas incongruencias ideológicas en tan breve espacio de tiempo.
Siguiendo con el razonamiento, estas políticas disparatadas (al menos desde el punto de vista del planteamiento teórico e ideológico de los dos partidos principales) han sido respondidas por sus votantes mediante 3 estrategias, tal y como muestran las encuestas. Cada cual de ellas de más difícil explicación, porque parto de la idea de que cuando alguien decide votar a un partido es porque está de acuerdo con al menos gran parte de su programa ideológico.
- En primer lugar, están los votantes del PSOE que van a seguir votándoles. Me cuesta creer que los votantes socialdemócratas de este o de cualquier país estén de acuerdo con las políticas de recortes sociales del Presidente Rodríguez Zapatero, y si lo están, creo que deben hacerse mirar su socialdemocracia.
- En segundo lugar, están los votantes del PP que cuando votan al partido de la derecha se supone que están de acuerdo con medidas de este tipo. Pero ni se les pasa por la cabeza votar a quien las lleva a cabo, en este caso el PSOE, a la vez que mantienen su intención de voto por los populares, que ahora se postulan como el partido progresista. Ya no dicen ese "progre" tan insultante con el que definían hace unos meses a la gente de izquierda.
- Y en tercer lugar, están los que mostrando su desacuerdo con las políticas impulsados desde el gobierno socialista deciden cambiar su voto y se lo pasan al PP. Dos opciones, o esas medidas les han parecido insuficientemente duras, en cuyo caso desconozco porque votaron PSOE; o se han dejado convencer por el canto de sirena progresista de Rajoy, lo que me parece de una ingenuidad intolerable.
Pero en fin, allá cada uno y su papeleta. Y volviendo al principio, las dos primeras actitudes de los votantes del PP o del PSOE, solo consigo explicármelas desde el forofismo propio de los aficionados futbolísticos, pero no desde la lógica que debería impulsar el sentido del voto. La tercera, sencillamente no me la explico.
Ante esta situación, creo que hay 2 alternativas razonables, por un lado para votantes del PP, que deberían plantearse seriamente votar al PSOE ya que este gobierno ha optado finalmente por desarrollar políticas económicas de evidente corte liberal y a las que su partido responde con desconfianza y flirteos socialdemócratas. Por otro lado a los votantes del PSOE les recomendaría buscar otras opciones a la izquierda que representen sus ideas socialdemócratas, nunca dejarse caer en manos de la voz de sirena de Rajoy y sus huestes.
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