Vaya con la que organizaron sus señorías hace un par de días en el Senado. No me andaré por las ramas, acontecimientos como esos me hacen sentir vergüenza ajena. Pero a ellos no parece provocarles ni el más mínimo sentimiento de pudor. Normal si tenemos en cuenta que la adhesión inquebrantable al líder es la principal razón del sustento que cada mes llevan a sus familias.
Mientras las populares voceaban lo de "Zapatero dimisión", los del PSOE respondieron jaleando la trama Gürtel. Probablemente en cualquier guardería de preescolar se establecen debates más sesudos e inteligentes sobre el juego en el que deben participar durante el recreo.
Yo creo que debería ser más práctico resolver este tipo de cosas como lo hacen en algunos parlamentos asiáticos o italianos: A bofetadas. Como decía un viejo amigo: Para que arreglarlo discutiendo si lo podemos solucionar a hostias
Pero vayamos por partes. Parece que la algarabía comenzó desde los bancos populares tras las amables palabras de Don Pío Escudero hacia el presidente del Gobierno. La reacción del coro "Zapatero Dimisión" me recuerda mucho a la coletilla "Vayase seor Gonzalez". Si funcionó una vez ¿por qué no otra más?. Creo que este tipo de situaciones deberían ser consideradas como intolerables. El problema es mucho más sencillo, puesto que parece que los senadores populares olvidan que en un sistema democrático las cosas no se hacen de ese modo. Si creen que el presidente del Gobierno debe dimitir (y no les faltan razones para justificar tal petición), tienen la herramienta democrática perfecta a su alcance: La moción de censura. Especialmente útil en una legislatura como la actual en la que el partido gobernante no tiene mayoría absoluta. Por tanto surge una pregunta evidente ¿POR QUE NO PRESENTAN UNA MOCIÓN DE CENSURA?. La respuesta es aún más obvia: Porque la van a perder.
Por tanto han decidido pasar a la acción, es decir al jolgorio descalificativo en que convirtieron hace un par de días el senado durante la sesión de control del gobierno. Si este fuese un país con un mínimo de cultura democrática, semejante barbaridad debería costarles una cantidad enorme de votos. pero no será así, y los hooligans populares votarán fielmente a sus líderes voceantes.
Se confirma: Tenemos lo que merecemos
Aunque claro, la respuesta de los socialistas no se queda a la zaga. Todo nos lleva a ese maldito argumento de los perros y los collares que tan difícil es de contradecir en situaciones como la actual. Cuando se sintieron acosados por el ímpetu voceador de sus rivales, en lugar de responder con inteligencia a esa agresión verbal intolerable en un régimen democrático, ellos decidieron ser más voceadores que el rival. Y no se les ocurrió un disparate mayor que gritar "Gürtel, Gürtel". Sintomático. Si a los populares no se les ocurre nada más inteligente que pedir que el enemigo se retire de la batalla, a los socialistas no se les ocurre más que demostrar que su gran aliado frente al enemigo electoral son las cagadas corruptas de los conservadores.
Desde luego parecen incapaces de justificar los absurdos continuos de su política económica, sus habituales vaivenes, esas extrañas erratas en el BOE que ponen en pie de guerra a esa minoría de ayuntamientos que han demostrado que se lo leen, y todas esas extrañas maniobras que los ciudadanos de a pie somos incapaces de comprender.
Y mientras tanto la Bolsa sigue pegando sustos y parece el perfil de la etapa reina del tour de Francia, los mercados, ese moderno Dios al que debemos ofrecer sacrificios indescriptibles, continúa devorando todo lo que se le acerca, la cifra de parados sigue por las nubes, los funcionarios echan cuentas sobre lo que les van a quitar en la nómina de junio, etc etc, etc. Mientras nuestros políticos se entretienen en peleas barriobajeras que a nadie interesan y son incapaces de articular ningún conjunto de medidas estructuradas que afronten nuestros verdaderos problemas.
Y así seguiremos mientras les votemos.
A mi después de situaciones tan bochornosas como esta, por desgracia muy comunes en la política nacional, autonómica, municipal, en cualquier junta de vecinos y en cualquier tertulisa de cafetería que se precie, solo tiene una explicación: Somos incapaces de establecer discusiones lógicas ante personas con otro tipo de puntos de vista y preferimos el eslogan barato y las voces en tono elevado, antes que el argumento elaborado. Claro que para esto es imprescindible emplear la sustancia gris que tenemos debajo del pelo.....
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