El complejo rompecabezas surgido tras las elecciones del 20D exige que para formar un gobierno aceptablemente estable se produzcan pactos entre alguno de los partidos más votados; y para ello haría falta disponer de líderes políticos con un cierto nivel. Desgraciadamente cada día que pasa, pone más de manifiesto que carecemos de ellos.
Antes de sentarse a una mesa y valorar qué puede aportar cada uno, lo primero que se han lanzado es a trazar líneas rojas que de ser mínimamente respetadas nos conducirían a unas nuevas elecciones casi de manera automática. Y todo además con un insoportable tufo a cálculo partidista, pequeños intereses personales y otras medianías de difícil confesión.
Para empezar, el partido más votado, el PP, ya se encargó de dibujar infinidad de líneas rojas en el mapa político electoral. Prácticamente todas y cada una de sus iniciativas legislativas en estos últimos cuatro años contó con la oposición unánime del resto de partidos. A ellos les importó más bien poco, y ahora se plantean "pactos de estado", que más o menos vienen a ser un cheque en blanco para que se continúen las desastrosas políticas emprendidas por el régimen Rajoyista. Sin un atisbo de enmienda, ahora no pueden pretender que quienes se opusieron a su labor de gobierno, apoyen incondicionales otros cuatro años más de estas políticas. Sin embargo, ahí están, en su misma posición, y pidiendo no sé que de visión de estado, la que ellos nunca tuvieron.
Cuatro años recibiendo sólo el aplauso de sus más fieles palmeros...y ahora....
En el PSOE no se aclaran ni ellos mismos. Por un lado, Pedro Sánchez, que ante el más que probable fracaso en la investidura de Rajoy se postula como cabeza visible de un eventual bloque de izquierdas, a la vez que cierra dialécticamente la puerta a semejante pacto, porque no está dispuesto a asumir las condiciones de Podemos, cuya participación en el mismo es absolutamente imprescindible; y por otro, la reforzada Susana Díaz que plantea no apoyar a Rajoy y que el PSOE se mantenga en la oposición, lo cual solo tiene una conclusión lógica: la repetición de las elecciones. De ser esto lo que ella quiere, quizá sería mejor que lo plantease sin tapujos. Es evidente que la pelea por los restos del imperio socialista es lo que a ambos parece mantener preocupados; mientras que el resto es absolutamente secundario.
Y en cuanto a Podemos, desde su cúpula se han apresurado a poner líneas rojas "irrenunciables" que resultan, cuando menos, poco asumibles. La primera es el referéndum en Cataluña, y aunque desde estas líneas ya he escrito que dicha alternativa me parece la única viable en este momento (http://ideasenredadas.zonalibre.org/archives/2015/10/hacia-el-precipiciode-manera-inexorablemente-provocada.html), situarla desde la posición parlamentaria de Podemos al frente de sus reclamaciones, creo que es o terriblemente irresponsable, pues saben que ni PSOE ni Ciudadanos pueden apoyarla en este momento; o es espantosamente electoralista, pues la repetición de las autonómicas catalanas en 2016 sigue siendo un escenario más que probable, y además están las autonómicas vascas. Anteponer sus intereses electorales en estas dos comunidades frente al beneficio de un gobierno español estable es una horrible barbaridad. La segunda es la reforma constitucional en aspectos esenciales, con muchos de los cuales estoy de acuerdo; pero los líderes de Podemos parecen olvidar (y no creo que sea por ignorancia) que para efectuar esas reformas se precisa un apoyo de 2/3 del Parlamento, y en la actualidad su fuerza dista mucho de ese porcentaje, y que muchas de esas reformas llevan implícito la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. Y todo esto, sin hablar de la desiluminada ocurrencia de proponer a alguien "de prestigio" no votado por la ciudadanía como presidente del gobierno.
Y en cuanto a Ciudadanos, aún parecen noqueados por su aparente patinazo electoral, ellos que se las prometían tan felices, han quedado relegados a un tercer plano. Y lo único que se les ocurre es plantear un pacto antiindependentista con PP y PSOE contra Podemos. Por supuesto, se han cuidado muy mucho de valorar qué tipo de políticas surgirían de ahí; como si los españoles tan solo viviésemos del problema catalán. En fin, que no hay por donde cogerlo
Con estos mimbres hay que hacer un cesto, y parece obvio, que, o todos cambian o aquí no hay nada que hacer y estamos abocados a unas nuevas elecciones en primavera. Y todo ello porque los líderes electos anteponen sus pequeños intereses partidistas y personales a los del bien común, aunque se esfuercen inútilmente en afirmar lo contrario.
En las presentes circunstancias, las normas de primero de "pactología", dicen muy claramente que lo primero que se debe hacer es poner sobre la mesa las cuestiones que unen a los negociadores. Y anda que no hay, pues todos los partidos de la oposición, y los que no estaban en el Parlamento se hartaron a decir en la anterior legislatura que cuando llegasen al Gobierno derogarían las leyes impuestas por el régimen Rajoy. Ejemplos a patadas: El más importante y urgente, la modificación de los imaginativos presupuestos para 2016, pero hay muchas más cuestiones: Reforma Laboral, Ley Wert, ley mordaza, reforma energética, copagos sanitarios, recortes en las pensiones, elección del director de TVE, y así podríamos elaborar una abultadísima lista de cosas en las que muchos partidos deberían ponerse inmediatamente de acuerdo para un pacto de gobernabilidad. Dichas iniciativas suponen una carga de trabajo legislativo inmenso, y como se hace camino al andar, ya habría tiempo de limar asperezas en cuestiones más polémicas como la reforma constitucional, el modelo de Estado, etc, etc....
Pero claro, para algo que aparentemente es tan sencillo, se necesita un mínimo de altura de miras...y ninguno de los cuatro magníficos parece tenerlas, pues tan solo andan preocupados por sus pequeñas cosas cotidianas. En este sentido, me parece enormemente destacable lo que esta mañana decía Alberto Garzón en la radio, el único que parece tener esa capacidad pero a quien los votantes y la Ley electoral han dado la espalda: "no está habiendo debate político sino táctico". Lo cierto es que recomiendo encarecidamente escuchar sus palabras con las que coincido casi al 100%: http://cadenaser.com/programa/2015/12/24/hoy_por_hoy/1450940909_634463.html
En fin, que algunos ciudadanos estamos aterrorizados ante el panorama que se nos avecina y la incapacidad de los líderes electos por gobernar una nave diseñada por el voto de los ciudadanos, esos mismos que tanto dicen defender. Sinceramente creo que estas diferencias desaparecerían si en el caso de que hubiese que repetir las elecciones, ninguno de los 350 diputados electos pudiese volver a ser elegido....He aquí una interesante propuesta de reforma legislativa que nuestros diputados jamás atenderán.