Termina 2014, y sin duda las noticias más interesantes de occidente provienen de Grecia. Además resulta especialmente interesante establecer un paralelismo de algunas de las cosas que están sucediendo allí con lo que acontece por nuestras tierras.
Tras la convocatoria de elecciones anticipadas y la amenaza de una victoria de la coalición Syriza se ha destapado la caja de los truenos. Las amenazas a la población griega advirtiéndoles de que como voten al partido de Alexis Tsipras no se han hecho esperar, y han partido desde aparentemente diferentes lugares. Para empezar, el FMI ha determinado que no se tramitará la parte del rescate comprometido hasta después de las elecciones, y a esto le han seguido innumerables mensajes desde diferentes ámbitos financieros, advirtiendo de que una eventual victoria de Syriza, provocaría un terrible caos económico en Grecia.
Desde estos frentes se ha dicho que la coalición de izuierdas griega es un partido antisistema, antieuropeo, anti-casi-todo, que proponen impagos sistemáticos de la deuda, y no sé cuantas falacias más, que a poco que se investigue en su programa electoral, son fácilmente rebatibles. Pero, una vez más se aplica aquello de difama que algo quedará.
El asunto de fondo, es que obviamente la apuesta por las tesis económicas de Syriza supone un cierto riesgo, porque son diametralmente opuestas por las establecidas desde el oficialismo de la troika comunitaria. Además, en muchos aspectos es una ruta aún no explorada en occidente. Sin embargo, los propios griegos tienen clara una cosa a estas alturas del partido: lo que sin duda alguna conduce al precipicio de la pobreza y la ruina es el camino por el que se están moviendo en la actualidad.
Por tanto, parece razonable que ante la certeza del desastre, las personas que se han dejado por el camino derechos sociales, perspectivas de futuro, y a quienes se les ha recortado hasta el aire que respiran opten por otra alternativa, aunque sea incierta. En muchos aspectos, no tienen nada que perder.
Es decir, cuando desde el núcleo duro de la Unión Europea se les dice a los griegos que votar una política diferente a la actual les va a llevar indefectiblemente al desastre, apetece preguntar a esos mismos sesudos economistas por como está la situación actual en el país heleno, en el que cualquier dato es calamitoso y las alternativas que se les ofrecen son más de lo mismo, o sea, las mismas recetas que les han conducido al actual estado de cosas.
Algo similar está sucediendo en España ante el imparable avance de Podemos en todas las encuestas. La maquinaria del miedo se ha puesto en marcha, y los mensajes que se lanzan desde los perjudicados por el potente avance electoral del nuevo partido son muy similares en el fondo a los que se lanzan desde Bruselas a Atenas.
La situación económica desde luego no es tan grave en España como en Grecia, sin embargo el deterioro de las condiciones de vida de grandes cantidades de personas, el bochornoso espectáculo de los continuos escándalos por corrupción, la inoperancia de los partidos tradicionales por enderezar el rumbo de esta nave y la necesidad de que la voz de la ciudadanía se escuche alto y claro en los foros donde se toman las decisiones son los principales factores que nos han conducido a muchos a explorar esta nueva alternativa. En especial desde la consciencia y certeza de que el actual modelo bipartidista no ofrece soluciones válidas a nuestros problemas.
Es un mecanismo análogo al que se está produciendo en Grecia, y desde el poder establecido se está enviando el mismo mensaje: O nosotros o el caos....
¿Pero qué sois vosotros?, si habéis dejado esto como un solar y sin posibilidad de solución
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