Ayer dimitió Ana Mato. El desencadenante fue que un juez puso en negro sobre blanco lo que ya se sabía desde hace años, incluso antes de que fuera elegida como Ministra de Sanidad. Y yo me pregunto, ¿es que entre las docenas de miles de militantes, simpatizantes y afines al PP no había nadie mejor que la Señora Mato para el cargo de Ministra de Sanidad?.
La responsabilidad del Presidente del Gobierno es obvia e ineludible: Él escogió a alguien que todos sabíamos que podía estar implicada en una trama corrupta. Desde ese momento suelda su futuro político con el de su Ministra. Sin embargo ahora escurre el bulto, una táctica demasiado habitual en nuestra clase política.
Personalmente creo que al señor Rajoy solo le queda una alternativa: Dimitir y convocar elecciones, y no tan solo por lo de la Señora Mato; sino porque también el juez ha dicho que el PP presidido por don Mariano ha sido beneficiario de una trama corrupta. Ambas circunstancias me parecen que son totalmente incompatibles con mantener un cargo público, y más si dicho cargo es de tanta responsabilidad.
Pero bueno, no soy nada optimista en un país donde estas cosas parecen no importar y en el que hay segmentos significativos de la población capaces de seguir votando a un partido estructuralmente corrompido (y no me refiero solo al PP).
La súperboda de la hija de Aznar y esa lista de invitados que tanto ha dado que hablar.....
Pero aún voy a intentar profundizar un poco más. ¿Por qué Mariano Rajoy apuesta por un personaje tan polémico como Ana Mato para un cargo como el de Ministra de Sanidad y que puede arrastrale en una más que previsible caída?. Quizá los hechos de estos últimos 3 años nos den una respuesta.
Aparte de errores tan graves como el de la gestión del ébola, sus ausencias injustificadas, etc que tan solo muestran una peligrosa ineptitud como gestora de lo público, en esta legislatura se ha producido un cambio brutal en nuestro Sistema Público de Salud del que es responsable la ex-ministra.
Dicho cambio, aunque sutil, es de extrema importancia y con una tremenda carga de fondo. Las competencias del Ministerio de Sanidad en la actualidad son muy escasas; pero si que aún puede decidir las claves del Sistema Público de Salud, y lo ha hecho con muy poco ruido: En esta legislatura la Salud ha dejado de ser un derecho de la ciudadanía y se ha convertido en una prestación que nos da el Estado. Es decir, hace 3 años, el simple hecho de ser ciudadano (no importaban los papeles), nos concedía el derecho a la Salud. Los recortes introducidos suponen que el Sistema Público de Salud funcione como un Seguro Médico privado de prestaciones, por ello se elimina a personas de la cobertura sanitaria, se imponen tasas por la utilización de determinados recursos, y se eliminan o no aprueban algunas prestaciones (que se lo digan a los enfermos de hepatitis C).
Si a esto le añadimos los firmes pasos emprendidos hacia la privatización de algunos aspectos muy rentables del Sistema Público de Salud, las piezas empiezan a encajar.
Por tanto, quizá la gestión de Ana Mato no haya sido tan mala al frente del Ministerio, y el peaje de su relación tan estrecha con la trama Gürtel no haya sido tan caro, siempre y cuando pensemos que los objetivos de su gestión al frente del Ministerio de Sanidad no estaban encaminados a una mejora del Sistema, sino al beneficio de unos pocos, entre los que sin duda pueden estar sus promotores políticos. Abrir la puerta de la privatización del Sistema Público de Salud de una manera tan solapada y sutil no es fácil, y Mato lo ha logrado.
Encontrar a alguien de las facultades de Ana Mato no parece tarea fácil, si lo que se busca es a alguien que pueda continuar con el proceso iniciado....quizá por eso aún no tenemos sustituto/a. Me atrevería sugerir al Señor Rajoy a los señores Güemes o Lamela.....