Aunque las diferencias son obvias; en estos días no he podido evitar dejar de pensar en algunos casos históricos con obvios paralelismos. Por ejemplo el de la jueza Yassmin Barrios que en 2013 condenó al terrible dictador nicaragüense Efraín Ríos Montt, tras lo cual ha sufrido diversas amenazas de muerte, incluso un atentado con granadas en su casa y reiterados intentos de apartarla de la carrera judicial. A pesar de su sentencia ejemplar, que ha merecido entre otros el Premio Derechos Humanos 2013 otorgado por el Consejo General de la Abogacía Española, el condenado por ahora ha logrado esquivar la acción de la justicia guatemalteca; mientras la jueza ha vivido un calvario personal y profesional.
Los jueces incómodos siempre han sido perseguidos por los delincuentes. Ejemplos de esto los hay a docenas, aunque quizá los más extremos, por conocidos, ilustran mejor lo que quiero decir. Basta recordar el asesinato del juez Falcone tras su investigación a la mafia.....
Dicen en mi pueblo que si algo camina como un pato, se oye como un pato y se ve como un pato.....
Pues algo de esto pasando en estos tiempos en nuestro país. A veces las cosas son lo que parecen, y en mi opinión, lo que está sucediendo con algunos jueces que han investigado casos de grave corrupción por parte de poderosos individuos se ajusta perfectamente a esta situación.
Los casos más sobresalientes sin duda han sido el del Juez Baltasar Garzón, que a fecha de hoy aún sigue siendo el único condenado por la trama Gürtel, y el Juez Elpidio Silva que está en proceso de linchamiento por el caso de Bankia, mientras los implicados en dicho caso siguen en la calle sin juzgar.
Soy incapaz de entender en que tipo de país vivimos. Aquí hay un juez que encuentra indicios de grave delito en la gestión de Bankia, interroga al principal responsable de dicha gestión y decide meterlo en la cárcel porque hay un evidente riesgo de que destruya pruebas. Al final, esto se transforma en una querella por prevaricación del juez (que probablemente además sea inhabilitado por un montón de años), en la excarcelación del presunto delincuente y en que nadie sabe si el presunto delincuente ha destruido o no las pruebas de su procedimiento. Supongo que a nadie se le escapa lo que habrá hecho el propio Miguel Blesa en caso de que dichas pruebas fuesen realmente susceptibles de ser destruidas.
¿Qué coño tiene que hacer un juez que encuentra indicios de grave delito y riesgo de que el acusado destruya pruebas?....
Tampoco creo que nadie sea tan ingenuo y piense que el Señor Blesa no ha movido todos los resortes a su alcance (que al parecer son muy numerosos) para evitar su procesamiento.
Personalmente no tengo ninguna duda de que esto es lo que parece: UN PATO; y no un caballo, como nos dicen en infinidad de medios de comunicación.
Y claro, ¿cómo ha respondido el Juez Silva?. Creo que ha empleado otro viejo refrán: Para lo que me queda en el convento.....
El camino hacia una condena ejemplar por meter, como diría Rosendo, "entre mis cosas la nariz", parecía claramente trazado; y en lugar de optar por la mansa respuesta del Juez Garzón ante el atropello, ha decidido tirar hacia delante, presentándose a las elecciones europeas en un partido fundado por él mismo; y poner de manifiesto como las triquiñuelas legales pueden obstaculizar en ocasiones y de manera casi esperpéntica la correcta administración de Justicia. Los poderosos emplean todos los días este tipo de artimañas y no pasa nada, que se lo pregunten al Maestro Fabra.
Es muy grave lo que está sucediendo, aunque creo que lo peor está por llegar: El aviso a navegantes es obvio: ¡¡¡CUIDADO DONDE INVESTIGAN SUS SEÑORÍAS!!!
https://www.diagonalperiodico.net/global/21130-la-magistrada-yassmin-barrios-es-premiada-por-su-lucha-por-la-justicia-guatemala.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/05/25/actualidad/1337982460_172341.html