Los noticiarios se han convertido en un insostenible catálogo de escándalos y corruptelas. Ya no son casos aislados; allá donde se investiga, se encuentran actuaciones fraudulentas, chanchullos, y negocios turbios. Este país ya no hay por donde cogerlo, en cualquier lugar la porquería ha impregnado todos y cada uno de los rincones de la vida pública española.
Todas las instituciones, sin excepción, están afectadas por una corrupción que resulta claramente estructural. Evidentemente no es el momento de poner ejemplos, pues son ampliamente conocidos. No se trata de una patología de siglas políticas, como algunos pretenden hacernos ver; el problema es mucho más profundo y está poderosamente arraigado en nuestra sociedad pública.
La solución a todo esto no es simple. A estas alturas deberíamos tener claro que los cambios de siglas en el poder tan solo conducen a nuevos escándalos con distintos rostros.
Ante un problema tan profundo como este, se necesitan medidas estructurales y complejas, no hay atajos. Y para empezar, como en el juego de la oca, debemos voltear el tablero de juego, cambiar las fichas y los dados y regresar a la casilla de salida. Cualquier otra alternativa serán componendas, parches y remedios ineficaces a nuestro problema.
Evidentemente la dificultad radica en cómo iniciar este proceso de refundación y quién lo debe gobernar. Se necesitan personas honradas no contaminadas y dispuestas a pelear contra grandes poderes; y no son fáciles de encontrar. Pero más nos vale hacerlo, pues nos jugamos demasiado en la partida que estamos jugando.
Lo que más me asusta de todo esto es pensar como se han resuelto a lo largo de la historia la mayoría de situaciones insostenibles.....
http://www.lavin-compae.com/post/41711370591/la-corrupcion-de-espana-graficamente
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