Han pasado varios días desde la huelga general del 14 de noviembre, no demasiados, y eso permite una adecuada perspectiva con la que analizar lo sucedido.
Tal y como era previsible, la guerra de cifras entre sindicatos y gobierno es bochornosa, con porcentajes de participación que oscilaban entre el 20 y el 80%. Sin datos objetivos en la mesa, será imposible que obtengamos conclusiones fiables, por tanto el sentimiento que dejó la convocatoria se convierte en uno de los pocos termómetros de la realidad. Probablemente, dicha realidad se situó en algún punto intermedio entre el calamitoso fracaso anunciado a bombo y platillo por el gobierno y el estruendoso éxito proclamado desde los sindicatos.
Personalmente participé en la huelga y por la tarde acudí a una de las manifestaciones que recorrieron las calles de España. Mi impresión es que el seguimiento fue algo mayor que en la anterior huelga general, sin embargo las manifestaciones fueron tremendamente numerosas, con gran éxito de la convocatoria. Y es en estos dos aspectos donde encuentro la principal diferencia con lo que se ha publicado en los medios de comunicación.
Para empezar, y según la visión de una gran mayoría de los medios de comunicación, la imagen transmitida es la de que la huelga consisitió en unos piquetes pendencieros y amenazantes a la entrada de un polígono industrial intentando detener a algún camionero bienintencionado con ganas de trabajar y sacar al país hacia delante.
Evidentemente nada más lejos de la realidad. En las distintas empresas, en los diferentes centros de trabajo, cada uno hizo lo que consideró oportuno, pudieron existir diferencias de criterio. Pero la trasnochada imagen de los piqueteros quemando neumáticos para calentarse es considerablemente minoritaria....Pero es la que finalmente quedó en la retina de los televidentes.
Esta es la imagen que se ha transmitido de la huelga general y que indudablemente refleja una mínima parcela de la realidad de aquel día
Por otro lado, sobre las inmensas manifestaciones que se celebraron en docenas de ciudades españolas, (más de 100 hubo convocadas), la imagen que ha quedado en la retina de todos fue la de los violentos incidentes que se produjeron en Barcelona y en Madrid. De nuevo, nada más alejado de la realidad.
Las manifestaciones fueron ejemplos de civismo ciudadano, en la que yo participé el porcentaje de familias con niños era inmenso. Nadie tenía el más mínimo interés en montar follón. Cuando acabó la lectura del comunicado final, todos nos dimos la vuelta y nos fuimos a nuestras casas, satisfechos por haber expresado claramente nuestra opinión ante las políticas suicidas (o asesinas, quien sabe) de este gobierno.
Ejemplo claro de lo que ha sucedido en est huelga: Un policía en actitud violenta contra no se sabe quien, rodeado por docenas de periodistas que buscan su reportaje.....
Entonces, si la imagen transmitida desde los medios de comunicación no refleja la realidad que muchos (quizá una gran mayoría) no hemos vivido. ¿Por qué sucede esto?.
Para empezar, un manifestante violento es noticia. Cien mil manifestantes pacíficos no lo son.
Pero yo aún iría más lejos, los propios medios de comunicación, en un porcentaje elevado, y de manera independiente a su política editorial, están en manos de forma más o menos directa de los grandes entramados empresariales y financieros que controlan la política y los hilos de poder en el siglo XXI. De manera sutil, consiguen exitosamente reflejar una realidad que no es la verdadera: huelgas violentas, manifestaciones repletas de incidentes, etc, etc, etc. Ello hace que muchas personas se retraigan a la hora de participar en estos actos de protesta, que son inmensamente mayoritarios. Los beneficiados de este fenómeno son precisamente esos oscuros complejos de poder. Al menos este argumento me hace sospechar de la supuesta buena intención de nuestros medios de comunicación.
Sin embargo, aún hay otro aspecto que todos los que intentan acallar el clamor popular olvidan. Y ese será su principal error.
Precisamente este intento por acallar el clamor popular se retroalimenta a través de la creciente indignación social. Y dicha indignación conducirá a más movilizaciones que serán más groseramente ocultadas......
http://www.diariodeavisos.com/miles-personas-se-rebelan-en-madrid-contra-ajustes-rajoy-urgen-medidas-antiparo/
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2012/11/14/huelga-14-n-incidentes-aislados-dejan-28-detenciones-12-heridos-espana/00031352873523784487803.htm
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/14/comunicacion/1352928168.html
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