Sin duda alguna la noticia política de estos últimos días es la presentación en sociedad de "Sortu", al parecer, la última versión del brazo político de ETA, que en la historia ha tomado muy diversos nombres. No pienso entretenerme ni un instante en recordar los hechos acaecidos porque son sobradamente conocidos. En cualquier caso, me gustaría resaltar las novedades dialécticas que han introducido los de la izquierda abertzale (término que significa "patriota, luchador por la independencia",), y que cuando menos pueden ser consideradas llamativas.
Antes de continuar, me gustaría expresar mi opinión personal sobre el debate de legalizar o no a los tipos estos de Sortu. Es sencilla, y se resume en un viejo aforismo anónimo: "Si un hombre te engaña una vez es una vergüenza para él; si te engaña dos veces es una vergüenza para ti". Es decir, que habrá que tomarse con mucho cuidado las palabras de estos personajes, aunque supongo que en el hipotético caso de que sean legalizados, existirán recursos legales para apartarlos de las instituciones en caso de que vuelvan a las andadas.
Al menos, y afortunadamente desde el punto de vista estético, algo hemos avanzado
Uno de los grandes problemas que ha provocado la presentación de la nueva organización presuntamente política ha sido la gran diversidad de reacciones que ha despertado. Y todo resulta bastante anómalo, porque por ejemplo lo claro que lo han tenido los del PP con la inefable Dolores de Cospedal a la cabeza de su ejército mediático, resulta cuando menos asombroso. es decir que ellos tienen perfectamente claro una cuestión que parece llena de aristas discutibles por todos sus costados....Ellos de un plumazo han decidido que estos de Sortu no pueden presentarse a las elecciones. Supongo que no será todo tan sencillo.
Veamos, hace años se hizo una Ley de partidos para evitar que los terroristas ocupasen cargos públicos y se aprovechasen de ellos para cometer sus delitos. El planteamiento es comprensible, pero discutible. La perspectiva de los años, nos demuestra que al corto y medio plazo ha sido una Ley útil en la lucha antiterrorista, aunque tengo serias dudas del precio que nos va a exigir a largo plazo. En cualquier caso, parece que estos de Sortu han elaborado unos estatutos que se adaptan perfectamente, sospechosa perfección, a la Ley de Partidos. Y aunque tengamos muy claro, que pueden estar engañándonos, digo yo que ¿cómo demonios se ilegaliza en una democracia occidental a un partido que cumple escrupulosamente la legislación vigente?
A pesar de todo, la ley de partidos actual fue aprobada por una gran mayoría parlamentaria (esta no es la foto correspondiente a esa votación)
Esas ideas que se han lanzado de cuarentena democrática, etc a mi me recuerdan otras latitudes y otro tipo de regímenes. La derecha no ha aclarado en ningún momento los pasos legales a seguir para que se ilegalice a la nueva formación política, salvo la expresión de sus profundas creencias. Y creo que eso no es suficiente como para ilegalizar a ningún partido. Por tanto parece más razonable la respuesta que ha dado el PSOE, mandando la patata caliente a los jueces, que son quienes deberán dilucidar la cuestión. Parece tan de sentido común que la siguiente idea que se me viene a la cabeza es que el PP está de nuevo intentando aprovechar el terrorismo como otro palo más que meter entre los radios de la rueda del gobierno socialista. No sería la primera vez.
Pero a pesar de todo, que nadie olvide que la diferencia esencial en el País Vasco la sigue marcando quien va con guardaespaldas y quien no
Dejo para el final la cuestión que me parece más importante en todo este asunto. Y que además parece olvidada por todo el mundo. Y es que el hecho de que ETA esté representada en las instituciones públicas y democráticas no se debe a que un gobierne legalice o no a determinadas formaciones políticas. Se debe a que hay alrededor de 150.000 personas en el País Vasco que les votan y que comulgan con los planteamientos terroristas. Y esas personas no han desaparecido, es más gracias a la legislación vigente su delirio persecutorio y victimista se ha visto reforzado y confirmado con la legislación vigente sobre partidos políticos. A esto es a lo que me refería antes, cuando hablaba del precio a largo plazo de la Ley de partidos.
Mientras ETA o cualquiera de sus múltiples tentáculos, siga apoyada por esa base social tan militante, los esfuerzos para erradicar el terrorismo de la sociedad vasca van a estar gravemente comprometidos.
Ninguna ley puede hacer desaparecer a estos miles de personas, ni obligarles a modificar sus ideales (por absurdos que estos sean)
En fin, actualmente parece evidente que el único camino que le queda a ETA es su disolución, aunque sea simplemente por las leyes de la evolución y selección natural: El miembro inútil se atrofia hasta desaparecer. Pero aún quedan unas decenas de miles de personas capaces de apoyar este tipo de aberraciones. Y mientras estén ahí, ocultas, las personas de bien no estaremos a salvo.
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