Desde hace varios meses me acude con demasiada frecuencia a la cabeza la escena final de la película El Lobo, no la del Wall Street, sino la de Eduardo Noriega sobre la historia del infiltrado en ETA. En ella, el Lobo propone acabar definitivamente con la banda terrorista; y son los altos cargos de la lucha antiterrorista quienes desechan esa posibilidad porque de lograrse dicho fin, su propia existencia perdería cualquier sentido. Siempre he pensado que dicha hipótesis era pura ficción, aunque cada vez lo tengo menos claro, y más teniendo en cuenta la sucesión de acontecimientos de nuestra lamentable actualidad cotidiana.
Al igual que sucedía en la novela 1984 (cuya relectura es casi obligatoria en estos días), la necesidad de un enemigo permanente al que temer y culpar de los males que nos asolan es una formidable herramienta de poder que mantiene a los ciudadanos entretenidos en estériles debates mientras las cuestiones importantes se mantienen alejadas de su foco de atención.
Para nuestro gobierno actual, dicho enemigo es ETA. Les da igual que dicha organización terrorista se haya convertido en un fósil de una especie extinta; para ellos es útil. Y he de expresar que en alguna ocasión he llegado a sospechar que su completa desaparición sería contraproducente para algunos.
Todo esto viene a cuento por las reacciones que ha provocado en la cúpula del PP la amenaza de una moción de censura en el Parlamento Navarro por parte del PSN.
Es decir, la exdirectora de la Hacienda Navarra ha denunciado presiones por parte de la Consejera de Hacienda para conocer datos de las inspecciones fiscales a empresas relacionadas con una consultoría fiscal en la que dicha Consejera tenía al parecer intereses particulares. O sea, un posible caso de grave corrupción, ante el cual, como no podía ser de otra manera, la oposición ha pedido explicaciones en forma de comisión de investigación, que en caso de confirmar las acusaciones podría provocar la presentación de una moción de censura.
En este sentido, cabe recordar que UPN gobierna en su Comunidad en minoría parlamentaria, de ahí las reacciones que ha provocado la más que probable moción de censura y el consiguiente adelanto electoral. Además de los inevitables intereses electorales de todas las fuerzas políticas, parece razonable y responsable que de convocar elecciones anticipadas, todo vaya con la suficiente celeridad como para hacerlas coincidir con las europeas de mayo.
Pues bien, las reacciones desde la cúpula del Partido Popular han sido terroríficas, empezando por el Ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que fue de los primeros en lanzar la argumentación de que dicha moción de censura se debería apoyar en los votos de Bildu, y que por tanto favorecería a ETA. Esta línea argumental ha sido continuada en declaraciones de diversos dirigentes populares como la Presidenta Barcina, la ínclita María Dolores Cospedal, o el pluripolémico Ministro Gallardón.
Esta línea argumental ya se ha convertido definitivamente en la doctrina oficial del partido Popular: Si la moción de censura en Navarra sale adelante con los votos de Bildu, significa que el PSOE está pactando con ETA. Demencial, pero eficaz por la ausencia de sentido crítico de la ciudadanía.
De nuevo el partido del gobierno siembra árboles que nos impiden ver el bosque. Para empezar, han logrado que la cuestión principal, las acusaciones de grave corrupción y tráfico de influencias hayan pasado a un segundo plano. Con estas cortinas de humo se logra ocultar la esencia del problema, que es que al parecer, según lo que ha denunciado, nada más y nada menos, que la exdirectora de la Hacienda Foral, desde la Consejería de Hacienda se estaba intentando favorecer ilícitamente a determinadas empresas con relaciones clientelares con la Consejera. Esta acusación es suficientemente grave como para que en caso de demostrarse, se tengan que convocar elecciones anticipadas en la Comunidad Navarra. Lo demás es simplemente tinta de calamar.
Como cuestión colateral, aunque también de gran importancia, está la identificación que se hace desde el Partido Popular de Bildu con ETA. Nos podrán gustar más o menos las ideas de Bildu, y sus devaneos con los círculos radicales abertzales; pero vivimos en un régimen democrático, y dicha formación política ha pasado el filtro de una exigente Ley de Partidos, ha rechazado el empleo de la violencia de manera explícita, y está en los parlamentos porque ha sido votada por miles de ciudadanos. Por todos estos motivos, identificar Bildu con ETA, me parece atroz y enormemente irresponsable.
Por tanto, la respuesta del PP a las acusaciones de corrupción en Navarra me resulta doblemente intolerable. Porque con el falaz argumento de que una moción de censura parlamentaria estaría apoyando a ETA asumen que el caso de corrupción denunciado no tiene mayor importancia. Y bajo mi punto de vista si que la tiene. O ¿es que acaso a los de Bildu les preocupa más la presunta corrupción que a los del PP? (muy peligrosa arma dialéctica electoral, por cierto).
El mundo en 1984, según George Orwell
Por tanto, y retornando a la introducción, empiezan a ser abrumadores los ejemplos de que el PP necesita la existencia de ETA. Personalmente me cuesta una barbaridad creer en esto; pero es que hay veces que la realidad derriba nuestras creencias; y por otro lado, cada vez parece más obvio, que la existencia de un enemigo omnipresente y omnipoderoso (real o imaginario), es uno de los principales aliados para el poder.
En nuestras manos está la capacidad de desmantelar estos posibles engaños.
http://www.cadenaser.com/espana/articulo/exdirectora-hacienda-denuncia-injerencias-vicepresidenta-navarra/csrcsrpor/20140212csrcsrnac_42/Tes
http://www.diariosigloxxi.com/texto-s/mostrar/106644/navarra-fernandez-diaz-asegura-que-le-preocupa-una-mocion-de-censura-que-favorezca-a-eta
http://noticias.lainformacion.com/policia-y-justicia/corte-preliminar/el-gobierno-celebra-que-el-psoe-se-niegue-a-pactar-con-bildu-en-navarra_xzsjqtjSOwHDXDc04WeEM5/