Esta mañana escuchando la COPE, ya he reconocido alguna vez que suelo hacerlo, por aquello de conocer bien al enemigo, han dado una noticia cuya interpretación me ha llamado mucho la atención y que me gustaría comentar aquí.
Bien, la noticia era el plantón que Berlusconi le dio a Zapatero en la rueda de prensa de ambos tras la audiencia del Presidente español con el Papa de Roma. Don Silvio se permitió bromear sobre el estado de gracia (mística por supuesto) de Don José Luis tras recibir la bendición pontificia, tras lo cual y de manera un tanto grotesca, abandonó la sala. En cierto modo puede interpretarse como un plantón o no, porque desconozco cual era el protocolo a seguir. Aunque la despistada reacción de Zapatero parece indicar que así fue. Hasta aquí más o menos los hechos.
Pero desde la emisora de la Conferencia Episcopal han hecho una lectura muy curiosa de la mencionada anécdota. En resumen han venido a decir que la pérdida de importancia y el grave deterioro del gobierno español y de Rodríguez Zapatero a su cabeza es tan marcada, que cuando sale al extranjero los dirigentes de otras naciones le dan la espalda o un plantón directamente. Y todo ello entre diversas muestras de regocijo, regodeo, y porque no decirlo, de satisfacción. Supongo que esta interpretación hay que enmarcarla en la campaña de acoso y derribo que desde la noche electoral de hace ya 6 años la ultraderecha puso en marcha contra el gobierno legítimo (conviene recordarlo) socialista. No se detienen en argumentos, ni razones, ni lógicas. Les da igual. Caña al mono hasta que cante en inglés.
Esto es lo que hay y conviene saber a que atenerse.
Personalmente, prefiero que al presidente de mi país le dé un plantón un personaje de la talla de Berlusconi que verle manifestando su amistad y admiración como hacía Aznar con el presidente italíano. En mi opinión, Silvio Berlusconi representa todo lo que no quiero de un presidente de mi país: Un empresario millonario que llega al poder de manera turbia y con el aparente objetivo de evitar ser juzgado por diversos delitos que fuera del abrigo de su cargo actual le podrían haber llevado a la cárcel. Un político que alcanza el poder aúpado por un discurso demagógico y populista (tan característico como vacío de los neocons europeos), amplificado por los medios de comunicación que posee. Un presidente que en el poder aprueba leyes en beneficio personal, como las que reducen la competencia de medios de comunicación rivales o las que le otorgan más inmunidad e incapacidad para juzgar sus presuntos delitos. Un gobernante que declara delincuentes a los inmigrantes (muertos de hambre que buscan simplemente no morir en sus países de origen), o nombra candidatas electorales a bellas modelos y actrices cuyo único mérito es su belleza. Y finalmente una persona de un insoportable machismo y hedonismo, como demuestran sus trasplantes capilares y sus declaraciones sobre las mujeres que le rodean en alocadas fiestas y otros saraos....
Pues sí, yo prefiero que mi presidente dé la espalda a sujetos de estas características....y me siento totalmente identificado con él. No quiero un presidente coleguilla de personajes como Berlusconi o Bush, o Blair, capaces de provocar millones de muertos en guerras preventivas sostenidas por insostenibles sospechas...
Todo esto me hace llegar de nuevo a un problema que me ronda contínuamente estos días. No consigo entender los resultados de las encuestas ¿Por qué demonios se canaliza el voto descontento del PSOE hacia el PP?. Entiendo que muchos votantes socialistas estén defraudados con el PSOE y en desacuerdo con las políticas que están llevando a cabo. Pero lo que soy completamente incapaz de comprender es que esas personas voten al PP: Si llegan al poder, van a aplicar las mismas medidas, si no más duras....Y encima tendrán de amiguitos a personajes como Berlusconi. Menudo panorama.
Yo por si acaso ya voy cantando "Mama Chicho me toca, me toca, me toca...."..
Leave a comment